¿POR QUÉ NECESITAMOS LA INSPIRACIÓN?
Inspiración es inspirar, coger aire. Recibir la vida. Dejar de hablar tanto y escuchar. Abrirse a la vida. Que se vierta en nosotros la vida, como los dioses en la Danae de Gustav Klimt. Que se vierta sin límites el prodigio en nosotros.
Inspiración es conectar con lo más profundo de nosotros. Con lo que rebasa los prejuicios y los cálculos. Con aquello más profundo que no podemos manipular. Aquello que nos sorprende a nosotros mismos. Aquello que nos vuelve imaginativos, sorprendentes. Llenos de vida de verdad, no automáticos. Solo accedemos a ello a veces en los sueños. O en el momento en que nos estamos durmiendo. El filósofo antiguo Yámblico decía que en ese momento conectamos con los dioses.
Los dioses están en lo más hondo de nosotros. Y necesitamos conectar de nuevo con ellos. Aparcar a veces las máquinas y escucharlos. Dejar que nos hablen, que nos inspiren. Que nos den entusiasmo, creatividad.
No todo es cuestión de técnica, de fabricación. De cálculo, de algoritmos. La vida está mucho más allá. Tiene un fondo de misterio libre, no controlable. Y necesitamos conectar con ese fondo. Si no, la vida será aburrida, miserable. No afecta solo a los creadores, a todas las personas. La Musa, la Diosa Blanca de Graves, anima a todos.
Decimos que todo es trabajo, técnica. Pero a menudo le damos cien vueltas a la razón y no sale nada. Y de pronto brota un manantial. Sin que sepamos cómo. Sin que podamos preverlo, controlarlo. Sin que nadie pueda escribir una fórmula. De repente la persona está inspirada, llena de vida. Nos sorprende a todos.
Inspiración es conectar con el fondo inagotable. Y lo necesitamos.
ANTONIO COSTA GÓMEZ, ESCRITOR
FOTO: CONSUELO DE ARCO