El otro día tuve una de mis habituales discusiones dialécticas con mi cuñado y él la zanjó diciendo "es que yo tengo otro concepto de machismo".
No seré yo quien recrimine a nadie por usar una palabra con un significado distinto del que le otorga la sacrosanta RAE, pero sí que intenté dejarle absolutamente claro, que su concepto de machismo dista mucho del concepto que tiene el 99'99% de la población: "puedes usarlo así si quieres, pero el lenguaje se hizo para entendernos y si lo usas así no te va a entender casi nadie".
Con la palabra "feminismo" el porcentaje varía sensiblemente. Hay mucha gente que relaciona feminismo solo con la parte más visceral, con la que da más titulares, y no, eso es solo una pequeña parte: el feminismo es mucho más amplio.
Por tanto, para entendernos, tendremos que usar la misma definición para cada una de las palabras, y la definición ampliamente consensuada de machismo es aquella conducta o conductas que ponen al hombre en una posición superior a la mujer. Cualquier conducta que ponga al hombre por encima de la mujer. Pongamos ejemplos:
Sin embargo, el feminismo es justo lo contrario: el feminismo dice que el hombre y la mujer son iguales en capacidades y en derechos. Punto. Cualquier cosa que se salga de ahí, no es feminismo. El hecho de que algunas feministas reivindiquen los derechos de todas desnudándose o con cánticos groseros, no desvirtúa la definición en absoluto, sino que pone de manifiesto que para hacernos oír, para exigir los derechos que las leyes españolas nos otorgan pero la sociedad no, aún tenemos que levantar la voz y las tetas por encima de las costumbres machistas.
No confundamos las definiciones de ambas palabras con las conductas de las personas: igual que no todos los machistas son maltratadores ni violadores, no todas las feministas gritamos y nos quitamos la ropa para reivindicar los derechos que el machismo nos niega. La diferencia está en que los hombres machistas alientan a los maltratadores y a los violadores (véase el chat de la manada, sin ese público tan entregado que tenían, quizá no hubieran llegado tan lejos), mientras que las feministas que se desnudan y gritan están defendiendo los derechos de todas.
Y no: ni todos los hombres son machistas, ni todas las mujeres son feministas. Pero el día que no haya ni un solo hombre machista, ya no habrá necesidad de que haya feministas, ni de las que gritan y se desnudan, ni de las que no lo hacen. De momento, todas las personas que queremos la igualdad real, somos feministas, y las personas que consideran que las mujeres somos objetos a disposición de los hombres, son machistas. Y punto.