¿POR QUÉ LA INTELIGENCIA IDIOTA?
Le encargan a una máquina que gobierne la calefacción de una casa. Y la máquina la pone a funcionar de tal a tal mes a rajatabla. Da igual si en medio hace calor, si uno se agobia. Y la máquina detiene la calefacción de tal fecha a tal fecha. Da igual si viene una ola de frío, si ocurre algo imprevisto, si el clima cambia. Así la han programado y así lo hace. Y así hace también la máquina con otras funciones, sin importar lo que ocurra. Y a eso lo llaman edificio inteligente.
Quieres pedir algo y te ponen delante una máquina y te dice que hay tales opciones. Y si lo que tú quieres no está en esas opciones, o no lo está del todo, te jodes. Quieres decirle a la máquina ¡pero coño, no te enteras, que no es nada de eso¡ Y la máquina te repite machacona: opción 1, opción 2. Algunos funcionarios también funcionan así. Si les planteas algo inesperado (y la vida es siempre inesperada) te repiten sin cesar la misma frase: caballero, le digo que esto. Y a eso le llaman inteligencia. Si eso es la inteligencia, yo prefiero ser idiota como Dostoyevski.
Así hacemos siempre, lo simplificamos todo, lo empobrecemos todo. Ponemos unas leyes a la naturaleza y la pobre naturaleza tiene que seguirlas o le decimos que no existe. Ponemos unas leyes cuadriculadas a los hombres y están por encima de los hombres. Declaramos que alguien hasta los quince años es muy ingenuo, y después de los quince años es muy espabilado, y no importa si hay un cuarentón muy ingenuo o hay un quinceañero más espabilado que nadie. Ponemos tasas de alcohol en abstracto pero unos aguantan el alcohol mucho más que otros. Y con ese sistema cuadriculado y automático regulamos la vida de la gente. Y a eso lo llaman inteligencia.
Y así todo. Nos entregamos a esta inteligencia idiota que nosotros fabricamos.
ANTONIO COSTA GÓMEZ, ESCRITOR