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Bebo una pinta de cerveza con limón en el bar de Emilio. Comenta la gente la sesión de investidura, esa que dicen que ha sido fallida pero que al PSOE le ha salido redonda. Ahora contenta a los señoritos diciendo que va a pactar con la derecha, y luego convocará elecciones.
A mi lado Julio, uno de esos socialistas de toda la vida, uno de esos que se aferra a los 140 años de historia, pero que olvida que en los últimos, mediaron la OTAN, las reestructuraciones laborales salvajes, la creación de las ETTs, la Ley Corcuera, el encarcelamiento de insumisos, la creación de los GAL, las purgas internas, las puertas giratorias, privatizaciones y más privatizaciones, el cambio de opinión frente a la energía nuclear, los EREs y la corrupción, el hermanísimo de Alfonso Guerra, Roldán, la Reforma Constitucional para blindar a la banca, y tantos etcéteras, que nos daría para estar hablando 150 años. Y todo, desde Felipe González hasta PPedro Sánchez, maestro en el arte de mentir.
Julio trata de justificar lo injustificable. Cuando se da cuenta de que está defendiendo el mantenimiento de la Reforma Laboral de Rajoy, hace una pausa y se calla. No quiere seguir hablando. En el fondo Julio, como tantos otros, es socialista de los de verdad y se siente marioneta. El problema es que el marionetista no es PPedro Sánchez, sino el interés económico, que sigue siendo quien gobierna con el PSOE.