OPINIóN
Actualizado 22/07/2019
Jesús Garrote

Ya hace muchos años allá por el 1992, se puede decir que empecé a trabajar profesionalmente en equipo. Ese primer equipo fue un claustro de profesores del que empecé a formar parte.

No mucho tiempo después me dieron la responsabilidad de formar yo un equipo. Tenía que elegir educadores nuevos y seguir con algunos que ya estaban.

Mi primer criterio además de tener la cualificación era que fueran personas de mi confianza. Personas en las que yo creía y que ellas creían en mí.

En este primer momento éramos pocos trabajadores y menos chicos. Se puede decir que formábamos un grupo de amigos y con los chicos una familia.

Sigo pensando y los chicos siguen hablando de una gran familia. Uno de los secretos de esta Casa Escuela sigue siendo el compromiso, la vocación, la pasión y el cariño de los educadores hacia los chicos.

No se puede decir que el equipo mejore por firmar con más o menos disciplina las entradas o salidas, las personas no mejoran cuando fuerzan una baja. Aquí nunca nadie tuvo interés personal en explotar a nadie. Aquí nadie se enriquece con el sudor ajeno.

Los comienzos fueron duros, con las leyes actuales habría sido todavía más difícil. Pero hicimos el voluntariado porque quisimos y eso ha permitido que hoy en día haya más de setenta puestos de trabajo remunerados por un convenio regulador.

Seguimos haciendo voluntariado, pero ya no todos igual, se facilitan mucho los distintos tipos de conciliaciones y considero que el equipo directivo somos muy flexibles a cambios para que los trabajadores se encuentren satisfechos. Podemos demostrar decir que sí a más del noventa por ciento de peticiones de los trabajadores.

Otro elemento fundamental es tener un equipo interdisciplinar y con mucha diversidad ideológica, racial, religiosa, cultural, etc. Es la forma de metacomunicar a los chicos que la diversidad enriquece y además un equipo muy feminizado porque hay más mujeres que hombres, también ha aumentado mucho el número de alumnas.

Evidentemente no todo ha sido un camino de rosas pero en más de veinte años hemos tenido un sólo juicio y acabamos llegando a una conciliación.

Evidentemente al crecer el grupo , hay subgrupos, ya no hay un sólo whassapp, sino que hay varios, ya no hay un solo grupo de amigos, sino varios, en vez de una familia varias familias.

Entiendo que ha habido una evolución sana, libre y natural. Espero que no se haya perdido la esencia del principio en la que el problema de uno es problema de todos y remando en el barco en la misma dirección.

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