Poco más de medio centenar sobreviven al auge de los móviles y tras la prórroga de un año más concedida por el Gobierno pese a que "se trata de un servicio en declive"
¿Cuándo fue la última vez que utilizaste una cabina telefónica para llamar? Las últimas que quedan, aunque aún forman parte del paisaje urbano, pasan practicamente desapercibidas, y es que casi nadie las usa, como corrobora la propia Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en un informe elaborado a petición de la Secretaría de Estado para el Avance Digital (SEAD). "Se trata de un servicio en declive y de baja rentabilidad", apuntan. De hecho, si hoy nos topamos con una cabina nos haríamos antes un selfie que llamar por teléfono. Las nuevas tecnologías, y el cada vez mayor coste de mantenimiento de un servicio en desuso, han terminado relegando a las cabinas telefónicas.
Las aproximadamente 16.000 cabinas telefónicas que hay en España -algo más de medio centenar en Salamanca- estaban condenadas a desaparecer el 1 de enero de este año, máxime después de que ningún operador se presentara al concurso para hacerse cargo de este servicio, ni siquiera Telefónica, aunque al final se ha visto obligado a seguir haciéndose cargo de la prestación del mismo. Contra todo pronóstico, el Gobierno decidió que siguieran formando parte de las prestaciones incluidas dentro del servicio universal de telecomunicaciones -sistema que garantiza que todos los ciudadanos tengan acceso a una serie de servicios con independencia de su localización geográfica- al menos un año más.
Lo que sí eliminó fueron dos de las prestaciones incluidas dentro del servicio universal: las guías telefónicas y el servicio de consulta sobre números de abonado.
Tal y como recoge el informe de la CNMV, la caída en los ingresos de tráfico en cabinas afecta de manera general a todas las comunidades autónomas, añadiendo que "la contracción de la demanda de este servicio se ha traducido en una retirada de las cabinas por parte de Teléfonica en los últimos años", retirada "de forma relativamente homogénea en todo el territorio".
En conclusión, y dada su baja rentabilidad, "no es posible identificar zonas geográficas donde la iniciativa privada asegure por sí sola la prestación del servicio de universal de cabinas". Ante la "drástica" disminución de la demanda de este servicio, y el incremento en los costes de su prestación, la CNMV sugiere al Ministerio que "evalúe la conveniencia de mantener la prestación de este servicio como componente del servicio universal". Ya en el año 2016, y dado que desde 2013 el servicio había dejado de ser rentable, hizo una recomendación similar.
Casi cien años de historia
Los primeros teléfonos públicos se instalaron en Madrid en 1928, y a finales de los años 90 había cerca de 60.000 cabinas telefónicas en toda España.