No te parecerá verdad. No haber tenido que aguantar el sonido estridente del despertador, que suena al lado de tu oído. ¿Cómo no te acuerdas todas las noches y lo colocas varios metros más allá? Eso de que no te vas a despertar es una simple manía. Pero no importa. Mañana ya no hará falta. Despertador en modo "desconexión". Estamos de vacaciones.
Ya no será necesario levantarse con los ojos legañosos cuando tu cuerpo te pide varias horas más de sueño. Sí, casi siempre te entretienes más de la cuenta por las noches, sin nada concreto que hacer y haciendo un poco de todo. El caso es que te acuestas más allá de lo razonable y la condena te llega por la mañana, cuando ya ha amanecido y tus ojos no te dejan verlo.
Pero ahora nada de eso tiene importancia. Ahora tienes que elegir uno de esos libros que has ido acumulando a lo largo del invierno, cuando no tenías tiempo de relajarte con tu afición favorita y, además, tienes en la aplicación varios discos enteros que te están esperando para seguir buscando las buenas voces, las que te hacen soñar.
Ese será un problema. O en realidad varios. Por un lado, tienes aquella novela enorme, que empezaste a leer y que tuviste que dejar porque no encontrabas momento. Esa requiere concentración y tiempo. Ahora lo tienes. Pero ¿por qué no empezar con algo más ligero? ¿esa novela negra de tapas rojas? ¿o esa selección de cuentos de Chéjov? ¿Y por qué no poesía? ¿Y el último tomo del Salón de los Pasos perdidos de Trapiello?
No te has dado ni cuenta y ya te ha entrado la angustia. Pero tienes encima más problemas: ¿Por qué no empiezas con la música? Te han hablado muy bien de esa versión de La Fanciulla? que nunca has escuchado. Ahora podrías dedicarte con cuerpo y alma a disfrutar de Puccini. Pero ¿y La Gioconda? Te fascina la danza de las horas desde tu primera juventud y nunca has visto esa obra entera.
Pero ¿no sería más conveniente dedicarte al cine? No has visto las últimas películas. Ni las penúltimas. Ahí está Comanchería, en la casilla de salida desde hace meses y ni te acordabas de ella hasta ahora. ¿Y las series? ¿No sería ahora el momento de empezar a dejar de ser el único ser humano que ni ha empezado a ver Juego de Tronos? ¿O deberías comenzar por Vikingos, que según dicen tiene un gran realismo histórico?
Y así sucesivamente se te va a haciendo una bola, como si no pudieras tragar, pero en la cabeza. Dirías que se te está atascando el cerebro. De paso ya vas por la quincuagésima vuelta sin conseguir pegar ojo. No tardarás en añorar la rutina de acostarte a deshoras pero quedarte como un ceporro y de levantarte antes de tiempo pero sin más discusiones contigo mismo que sobre el color de la camisa que te toca ponerte hoy.