Hay noches mágicas. La de hoy, por ejemplo. Cuenta la leyenda que el 23 de junio, noche de San Juan, está plagado de leyendas, fuego y misterios. Dicen que se conmemora el triunfo de la luz sobre la oscuridad. En esas fechas, el sol se resiste a marcharse y aún a las diez de la noche se puede ver una tenue claridad.
En la noche de San juan se unen magia y tradición. Las hogueras se encienden durante la madrugada y ante el fuego se pueden hacer todo tipo de hechizos , pedir deseos y ahuyentar los malos espíritus. Hay que saltar siete veces la hoguera para ahuyentar todo lo malo, y después, especialmente en los sitios costeros, saltar siete olas de espaldas, y pedirle a la última un deseo.
Las leyendas y costumbres varían según el país. Por ejemplo en Chile hay algunas divertidísimas para esta noche tan especial. La tradición cuenta que si a la medianoche te colocas con una guitarra debajo de una higuera, aprenderás a tocar este instrumento por arte de magia. O que, antes de la medianoche, quien crea que en los oráculos, puede poner tres patatas bajo la cama. Eso sí, una debe estar sin pelar, otra pelada hasta la mitad y otra totalmente sin cáscara. Cuando el reloj marque la medianoche, y sin mirar, hay que tomar una de las patatas. Si se coge la que está totalmente pelada se auguran problemas y carencias. La patata a medio pelar indica que las cosas andarán ni bien ni mal. Finalmente, la patata con cáscara vacticina el éxito y la abundancia.
¿Y sabéis que es lo más bonito de noches como esta? Que están llenas de historias, de palabras que nos dejaron nuestros antepasados, agradecimientos a los dioses y a la naturaleza por la cosecha, fiestas para celebrar al sol, fuego para sentirnos vivos, para quemar lo malo y purificar lo que nos quedamos? Que somos las palabras que cuentan lo que somos, y nunca debériamos olvidarnos de celebrarlo.
¡Feliz noche, curiosos!
Rebeca Martín