OPINIóN
Actualizado 15/06/2019
Isaura Díaz Figueiredo

Ambición procede del latín ambitio, ambitionis, que significa? rodeo, ir por uno u otro lado acechando a la presa. Es un sentimiento negativo, malo y perverso que tiene origen en una mente alterada, cuando busca querer más, fijando metas inalcanzables o alcanzables, solamente, a costa de pasar por encima, sabiendo que dañamos.

"Cuida tu ambición. Puede hacerte volar pero también arrastrarte."(Edmund Burke)

La carrera de Sánchez, en menos de un año, es la historia de una ambición tan potente como vacía de contenido. El carburante de su terquedad va aliñado con la carencia de escrúpulos y? se termina el aderezo. La obstinación le condujo hacia fracasos inéditos ?fue el único líder ?político? que ha sido expulsado de su propio partido y esa misma terquedad le llevó a resistir, hasta el golpe de suerte de la Moción de Censura en el cual salió Presidente con el menos número de votos de la historia de la Democracia Española, creo recordar que fueron 84.convertidos en 169 gracias a 67 de Unidos Podemos, los 9 de ERC, 5 del PNV, 9 del PDeCAT, 4 de Compromís, 2 de Bildu y uno de Nueva Canarias.

Si la ambición nos hace pisar a los demás para tener éxito, ahí comienza el problema patológico por insano y malicioso.

Esto es lo que está ocurriendo con el señor Sánchez, solo crece para sí mismo, los demás no existen, su narcisismo le hace ver que solo está él mirándose en las aguas del río y siempre con el YO y el MÁS por delante. La realidad la obvia.

EL HUNDIMIENTO DEL TITANIC... ARROGANCIA Y AMBICIÓN

El hundimiento del Titanic es hasta la fecha la mayor tragedia que se haya producido nunca en el mar. En abril de 1912 todo estaba listo para su viaje inaugural desde Southampton (Inglaterra) hasta Nueva York (Estados Unidos). El Titanic era un barco impresionante que surcaría las aguas del océano Atlántico con miles de personas a bordo. Primero atracó en Cherburgo (Francia) para recoger a más pasajeros y luego en Queenstown (Irlanda) antes de entrar de lleno en la mar hacia Nueva York.

Los tres primeros días del viaje todo transcurrió sin problemas. Pero la tragedia llegó el cuarto día. A pesar de que al Titanic le habían llegado cinco advertencias de que había hielo, el capitán Edward Smith decidió no frenar y continuar el viaje. Al final, el trasatlántico chocó con un iceberg, una gran masa de hielo en medio del océano, y se fue a pique. No chocó de frente porque, en cuanto lo vieron, cuando ya era demasiado tarde, los que llevaban el timón trataron de girar. No impactaron de frente, pero el hielo rasgó uno de los laterales del Titanic y el agua empezó a entrar con rapidez inundando poco a poco todas las estancias del barco. Tardó en hundirse menos de tres horas. Aunque pidieron ayuda a otros barcos, el más cercano les dijo que tardaría cuatro horas en llegar. Al final fallecieron un total de 1.512 personas.

La ambición patológica?Como ocurre a Sánchez? podemos representarla como hicieron los romanos, con grandes alas a las espaldas, expresando la prontitud con que quiere ejecutar sus designios y las humillaciones que sufre el para lograr sus fines.

Un pensador actual dirá: el ambicioso o está siempre de rodillas o sosteniéndose por la punta de los pies.

Solo el tiempo nos dirá a que lugar no va llevar Pedro y su ambición incontrolada. Echémonos a temblar, el otoño no llegó, y los arboles comienzan a despojarse de las hojas.

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