OPINIóN
Actualizado 14/06/2019
Félix López

Después de cinco textos, con ejemplos bien duros de los errores éticos sobre la necesidad de consentimiento en las relaciones sexuales, me ocupo hoy de una noticia que puede considerarse sexista y, desde otro punto de vista, aire fresco en la prensa. Es el segundo motivo el que, si no molesto, me ha hecho reír.

"Un policía de tráfico de Paysandú, una de las ciudades más importantes de Uruguay, podría ser sancionado por multar a una conductora por "circular con exceso de belleza", según consta en la multa fechada el pasado 25 de mayo, a las 14.55 horas, y con número 187586.

El agente utilizó un impreso público para dejar testimonio "público" de su amor por la mujer que iba al volante de un "auto blanco" en Río Negro, en Paysandú, con un "te amo" en mayúsculas al lado de su firma y tras apuntar en las observaciones del acta "imprudencia (sic) en el manejo (circula con exceso de belleza en la vía pública)". El artículo 214 de la Ordenanza de Tránsito indica que "el conductor de cualquier vehículo deberá abstenerse de toda conducta que pueda constituir un peligro para la circulación. En opinión del policía de tráfico, el "peligro" para la circulación y las personas es el "exceso de belleza" de la conductora. La intendencia de Paysandú ha iniciado ya el procedimiento por el que podría ser sancionado administrativamente por "la utilización de un documento público sin autorización y con fines no previstos".

Mientras tanto, la imagen de la multa se ha hecho viral en las redes, donde el agente se ha ganado el sobrenombre de "el inspector enamorado". La audiencia se divide entre quiénes opinan que el agente está perdidamente enamorado y quiénes creen que no está en sus cabales. Otros quieren el final de "este cuento feliz".

¿Usted está de acuerdo con alguna de estas posturas? ¿Tiene otra?

Mientras tanto, también esto días, hay un debate sobre si es inoportuno o un derecho de la mujer llevar minifalda o vestir de forma provocativa.

¿Qué opina usted de ambos debates?

Por mi parte, sobre el primero, no me pronuncio, porque no quiero molestar a las mujeres a las que estas cosas les ofenden. Es verdad que no conocemos la versión de la agraciada o la víctima, según se mire. En ningún caso, me perdonaría molestarla. Hoy solo quiero compartir la sonrisa que me ha causado la conducta de este policía, tan original.

Sobre el segundo sí tomo partido. No creo que sea posible definir lo corta que puede llegar a ser la minifalda o el grado de la supuesta provocación en el vestir. Estos criterios han cambiado y seguirán cambiando; yo no puedo ponerle centímetros. Son criterios sociales difusos, según la situación, cómo se llevan estas cosas puestas y los observadores. Solo, para iniciar la reflexión, propongo algunos criterios:

1.- Los abusadores, violentos o mofadores, no pueden actuar pensando que, si una mujer viste de una determinada manera, ellos pueden decir o hacer lo que quieran, en relación con ella.

2.- Los criterios de valoración social son imprecisos, según la personas. Algunas se escandalizarán, a otras las parecerán inapropiadas determinadas formas de vestir, mientras a otras, esas mismas formas de vestir, pueden resultarle aceptables o agradables. Yo creo que, salvo con los comportamientos perseguidos penalmente o contrarias a normas aprobadas en la comunidad, lo más inteligente es ser tolerante con los demás.

3.- Las personas al vestir o comportarse en sociedad, aun dentro de lo que son los convencionalismos sociales, deben saber que la representación social, de cada uno de nosotros, tiene consecuencias sociales que poden resultarnos indiferentes, molestas y, a veces, peligrosas. Es decir, aunque yo tenga derecho preferente a cruzar un semáforo cuando está en verde, me parece inteligente echar un vistazo a los conductores que aun no se han parado. No es inteligente resolver el tema diciendo: el culpable es él, aunque esa es la verdad. Es una pena, pero en la sociedad hay personas peligrosas y no siempre es fácil reconocerlas. El nivel de riesgo que podemos elegir es difícil de calibrar, yo no soy quien para ponerle una medida al que usted desea asumir, porque está en su derecho.

Eso sí, si no se trata de usted, sino de sus hijas menores, tiene del deber de protegerlas, porque tenemos un problema muy real, con los malos usos de la sexualidad, también en no pocos menores.

4.- La ética de las relaciones sexuales y amorosas, una vez más, es la mejor alternativa que conozco para que desaparezcan los violadores, acosadores y abusadores sexuales. Y a los que no logremos educar con eficacia, aplicarles el código penal.

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