OPINIóN
Actualizado 01/06/2019
José Fermín Rozas

El miércoles publicó el Instituto Nacional de Estadística la actualización del proyecto europeo "Urban Audit". Es una recopilación de datos que permiten comparar la calidad de vida de las principales ciudades europeas, conurbaciones y zonas supramunicipales definidas por su influencia laboral (Áreas Urbanas Funcionales-AUF). Una es la AUF de Salamanca, que sigue retrocediendo como el resto de la provincia. Casualmente aparece tras el Ciclo Electoral, cuya conclusión en Salamanca y provincia es que siguen resistiendo los mismos de siempre que, por ejemplo, gobiernan desde 1995 el Ayuntamiento. Y no logran alterar ese retroceso, aunque al escucharlos parece que estamos a las puertas del Elíseo.

Y la pregunta es, ¿qué han votado, y premiado, los salmantinos?. Según los datos perdemos población, la más joven y dinámica. A pesar de los años, no han sido capaces de poner en marcha el Puerto Seco, al que le falta un sólido proyecto más amplio. Huelga decir que tampoco han generado nueva actividad económica tras el desmantelamiento del escaso sector industrial. O el turismo todavía está lejos de lo que debería suponer. Con la Universidad hace pocos años que por fin se afronta algo para crear nueva actividad vinculada a la investigación y la tecnología, aunque no se ve una estrategia de futuro. Somos la segunda ciudad, de las españolas, con la tasa de actividad más baja.

La degradación de servicios públicos, como la Sanidad con las mayores listas de espera de Castilla y León y los retrasos en la culminación del nuevo Hospital, parece ser bien recibido por la mayoría de votantes. Al igual que la falta de inversión de la Junta en infraestructuras. O la inexistente estrategia territorial que desafíe la desaparición del mundo rural, donde se limitan a gestionar subvenciones de otras administraciones. Y desde luego, a la vista de las visitas a los tribunales, no son precisamente el ejemplo a seguir en gestión y eficacia. Y mejor no hablar de urbanismo y vivienda, donde siempre aparece alguien a quien hechar una mano, obvian algún tribunal o impulsan la especulación.

Se siguen ahogando en la obsesión por el coche a pesar de no suponer si siquiera la cuarta parte de los viajes en la ciudad, incapaces de construir un transporte metropolitano digno de tal nombre. La calidad de vida en nuestras calles no forma parte de las políticas públicas. La precariedad laboral no es precisamente una anécdota, y la ciudadanía que roza el umbral de la pobreza es demasiada. Se pueden seguir añadiendo cosas, por desgracia las carencias de la provincia y la ciudad son muchas.

Nunca he creído que los integrantes de otras alternativas políticas estén por debajo de la capacidad intelectual de quienes gobiernan desde hace tantos años. Ni tampoco en los tiempos que corren que la información sea tan mala, a pesar de la abundancia de mentiras y manipulaciones, como para impedir que se vea su incapacidad a la vista de sus resultados. Y tampoco veo lógico que a los únicos que se castigue sea a quienes se han tomado en serio fiscalizar al gobierno, obligar a cumplir la ley (que hacen otros) y proponer de verdad nuevas ideas. A la vista de lo ocurrido en los últimos dos meses, y en los años anteriores, espero que en esta tierra dejen de quejarse, sean consecuentes con sus decisiones y... sigan resistiendo.

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