OPINIóN
Actualizado 30/05/2019
Luis Castro Berrojo

A estas alturas se han hecho ya los análisis sobre las elecciones, de modo que, a la espera de los pactos de investidura pendientes, sólo haré alguna observación marginal.

Que esta ciudad haya obtenido casi el bronce en voto derechista con un 55.6 por ciento en las locales no es una sorpresa ?delante sólo están Ávila, con un apabullante 65,1, Almería y Murcia?, aunque contrasta cada vez más con los resultados regionales que comentaremos. Sí lo es, en cambio, el mal resultado de Ganemos, teniendo en cuenta su gran labor de oposición, su dinámica asamblearia y su esfuerzo por presentar una candidatura unitaria con todas las fuerzas de izquierda, caso único entre las capitales de Castilla y León.

Francisco Guarido, alcalde de Zamora por Izquierda Unida, ha revalidado su excelente resultado electoral llegando a la mayoría absoluta y ha declarado que ello es fruto de una oferta política centrada en su partido, sin las "confluencias" que han desdibujado la imagen de I.U. en otras partes. (El éxito también se debería a un trabajo en equipo que cuida una ciudad de las más vivibles y acogedoras de España). Pero, sin poner eso en duda, quizá no se puede generalizar. Por hablar de Castilla y León, en lugares como Palencia, Burgos y Aranda de Duero cabe pensar que la izquierda hubiera podido sumar mayoría con una candidatura conjunta de todas las fuerzas a la izquierda del PSOE (algo que hubiera ocurrido matemáticamente con la suma de los votos obtenidos por separado). Como Valladolid, Zamora, Segovia, Miranda de Ebro, Soria y, posiblemente, León, podrían tener alcalde socialista, lo que en conjunto hubiera significado un vuelco político estimulante para esta venerable región (sobre todo si se da también en las Cortes de Valladolid). Es en ese ámbito donde contrasta Salamanca, mientras que Ávila ha sido siempre rara avis, al menos desde la época en que Modesto Fraile y Carlos Gila demandaban una autonomía uniprovincial para su feudo.

Un apunte más sobre la comunidad de Madrid. Como nos temíamos (ver "Errejón, el tránsfuga bonito"), la operación tránsito de este chico hacia Más Madrid, de Manuela Carmena, ha resultado un fiasco: aunque, junto con Podemos, ha obtenido un 10 % más de votos (pero un 1,5 % menos del cómputo total, debido al aumento de la participación), la suma de ambas fuerzas obtiene el mismo resultado que en 2015: 27 escaños. Y la derecha gana ahora con un margen mayor, cuando en 2015 sólo hubo un 0,6 % de diferencia entre el bloque de izquierda y el de derecha. Sólo cabe especular con qué habría pasado si este amable y transversal progresista se hubiera mantenido como cabeza de lista de Podemos, puesto para el que había sido elegido por el 90 % de sus compañeros. Aunque, según se dice, ha sido el bajón del PSOE, también muy lastrado por divisiones internas desde hace años, el principal causante de la derrota.

Pero es que, además, como diría Mariano, Madrid es muy Madrid y mucho Madrid. Hace falta un heroico aguante para seguir votando sin ver, oír ni oler a los batracios codiciosos del charco. Y aún dirán: por España; sólo por España.

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