OPINIóN
Actualizado 10/05/2019
Juan Robles

Celebramos los cincuenta años de sacerdote de Melitón Gutiérrez y los veinticinco de nuestro obispo y seis sacerdotes más

Nuestra diócesis, y aun muchas otras, suelen celebrar las bodas de oro y plata de sus sacerdotes el día 10 de mayo, fiesta del santo sacerdote español Juan de Ávila. A nosotros nos corresponde celebrar este acontecimiento del año en curso este viernes diez de mayo.

En tiempos pasados, celebraban sus bodas de oro y plata un buen número de sacerdotes. Eran tiempos mejores, que afectaban a sacerdotes ordenados en torno a los años del Concilio Vaticano II y antes. Después los números de sacerdotes nuevos han ido disminuyendo poco a poco.

Reflejo de esta situación es el hecho de que este año sólo podemos celebrar las bodas de oro, es decir, los cincuenta años de sacerdocio de una persona, D. Melitón Gutiérrez, ordenado en el año 1969.

El número de los que celebran los veinticinco años de sacerdocio, o las bodas de plata, asciende a seis: Jesús Porras, Luis Javier Garrote, Policarpo Diaz nuestro vicario de pastoral, Rafael Blanco, Juan Andrés Martín y Pablo Lamamié de Clairac.

Veinticinco años de hermoso, aunque no fácil servicio, a los habitantes y feligreses de nuestra diócesis. Tenemos motivos para felicitar a estos buenos sacerdotes y agradecerles su entrega a aquéllos que nuestros obispos les han encomendado en diferentes parroquias y tareas.

Y por supuesto tenemos que dar muchas gracias a Dios que ha hecho a nuestra iglesia estos hermosos regalos, a través de los cuales Él mismo ha ido manifestando su amor a nuestro pueblo a lo largo de estos veinticinco años. Y eso en tiempos de graves dificultades y de crecimiento de la increencia, y del alejamiento de tantos paisanos nuestros de las prácticas religiosas tradicionales y del servicio a la Iglesia católica.

Hay que añadir este año a las celebraciones de bodas de plata los veinticinco años de la ordenación de nuestro obispo, Don Carlos López. Él fue ordenado como obispo de Plasencia en el año 1994. En el año 2002 fue trasladado por el Papa San Juan Pablo II a nuestra diócesis de Salamanca.

Nos ha servido, pues, como obispo a lo largo de diecisiete años, dedicado con total entrega a las tareas pastorales, en el servicio a jóvenes y mayores, a niños y enfermos, a jóvenes, religiosos, sacerdotes, solteros y matrimonios.

En los últimos años, se ha dedicado especialmente a la organización y celebración de la Asamblea Pastoral Diocesana, y después ha continuado organizando los diversos servicios diocesanos, a los que ha dotado de equipos de personas bajo la orientación de normas particulares para cada uno de ellos.

Nos uniremos a él y a los 7 sacerdotes de las bodas de oro y plata en la celebración que presidirá como obispo el viernes diez, fiesta de San Juan de Ávila. Será un día de gozo y de agradecimiento a Dios. A la vez que pondrá de relieve nuestro compromiso de trabajar y hacer todo lo que esté en nuestras manos para poder continuar celebrando las bodas de oro y plata de buen número de sacerdotes, que acompañen pastoralmente a los habitantes y feligreses de nuestra diócesis. ¡Enhorabuena!

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