Las Mayordomas y Mayordomos presidieron los actos de la celebración que reúne a los miembros de la Cofradía del Santo Cristo
Los vecinos de Hinojosa de Duero se han volcado un año más participando en los actos en honor del Santo Cristo de la Misericordia, festividad que tradicionalmente se celebra el último domingo del mes de abril organizada por la Cofradía del Santo Cristo de la Misericordia.
La jornada festiva se abrió al mediodía con una misa solemne a la que siguió la procesión con la imagen del Santo Cristo -una bella talla del siglo XII- por las calles del pueblo. Por la tarde, después del rezo del rosario, la novena y del ofertorio en un abarrotado templo parroquial, los vecinos acompañaron al Cristo en una gran procesión hasta la ermita situada en un cerro. A lo largo de la empinada subida hasta el bello templo románico, los cofrades se relevaron por turnos para llevar las andas del Cristo de la Misericordia, que es custodiada por los mayordomos.
La mayordomía la han ejercido este año dos mujeres, María Isabel Frutos Bautista y Cristina Zúñiga Hernández y dos hombres, los jóvenes Miguel Ángel Alburquerque Fernández y Álvaro Sánchez Santos.
En la explanada delantera de la ermita, la imagen del Santo Cristo presidió la Bendición de campos, la tradicional rogativa para pedir buenas cosechas.
Ya en el interior de la ermita el sacerdote salesiano Eugenio Alburquerque Frutos, que ha sido el predicador del Triduo celebrado los días previos a la fiesta, dirigió los últimos rezos en honor del Santo Cristo. A continuación, con la emoción latente en las voces, los asistentes entonaron el emotivo canto Ne Recorderis, que puso fin al responso por los difuntos celebrado en el interior de la ermita románica.
Muchos devotos se acercaron a la imagen del Cristo para coger un ramito de flores y pasar un pañuelo o una estampa por los pies del crucificado, objetos que guardarán para conseguir el amparo del Santo Cristo de la Misericordia.
Finalizados los actos religiosos, los mayordomos invitaron a un convite de hermandad a los miembros de la Cofradía, un colectivo de cerca de 200 personas que encara con esperanza el futuro de la celebración de la Fiesta del Cristo, pues ya hay mayordomos para el próximo año.