Después de las elecciones al Congreso y al Senado de ayer, hoy olvidamos por unas horas los resultados electorales y armados con hornazo y bebida, nos tiramos a los campos, prados, ribazos y demás para celebrar la fiesta más típicamente nuestra; el Lunes de Aguas. No hay otro hecho festivo en el que participen mayoritariamente todos los salmantinos sin distinción de edad, creencias, posición, simpatías políticas, etc., para conmemorar un acontecimiento del que la mayoría desconoce su origen. En su día Tomás González Blázquez y yo escribimos estas palabras que hoy rescato para su información:
"Como en Cuaresma y Semana Santa les estaba prohibido ejercer la prostitución a las pupilas de la casa de mancebía, el padre putas las llevaba a Tejares para evitar la tentación. Regresaban al culminar la octava de Pascua con sus mantillas/mantones con los picos pardos. Ese lunes las prostitutas cruzaban el río en barcas decoradas con ramas (enramadas/rameras) mientras la multitud se agolpaba en las orillas para verlas.
Cruzado el Tormes, las mancebas se dirigían a la Catedral Nueva a cumplir con la Santa Madre Iglesia confesando y comulgando como manda la doctrina cristiana (una vez al año por Pascua Florida) para blanquear sus almas cenicientas. A los salmantinos que habían presenciado el desfile y el jolgorio, se les despertaba el apetito, y lo adormecían con hornazo y vino, celebrando que terminaba de verdad la Cuaresma."