Argumenta que es una fiesta "misógina y patriarcal que celebra la cultura de la violación" e invita a reflexionar sobre la violencia machista
La Plataforma Abolicionista de Salamanca, que iniciaba su andadura en la ciudad hace un par de meses con el objeto de reclamar un sistema que apueste por la abolición de la prostitución, ha mostrado su rechazo a la fiesta del Lunes de Aguas, que califica como "misógina y patriarcal".
Además, para reforzar su mensaje, han colgado muñecos en el puente del Pradillo, junto al paseo fluvial, así como una pancarta en el puente Enrique Estevan. "Hemos decidido aportar nuestro granito de arena decorando los puentes de nuestro querido Tormes, por donde antiguamente pasaban el proxeneta padre Putas y su séquito de puteros violadores trasladando a nuestas hermanas explotadas".
Este es el comunicado que han emitido:
Desde la Plataforma Abolicionista de Salamanca rechazamos la celebración del Lunes de Aguas. No participamos en esta fiesta misógina y patriarcal que celebra la cultura de la violación y os invitamos a reflexionar acerca de qué estamos haciendo mal como sociedad para que en el siglo XXI se perpetúen este tipo de celebraciones de la violencia machista.
El lunes de aguas es una fiesta popular de la provincia de Salamanca. En origen marca el fin de los ritos de Semana Santa en los que son protagonistas la penitencia el recogimiento y la abstinencia. Actualmente se celebra en su mayoría por grupos de estudiantes que se juntan para hacer botellón y emborracharse cerca del río, aunque también se celebra en familia comiendo el tradicional hornazo.
El protagonismo del río Tormes viene de la tradición popular que explicamos a continuación: Felipe II decretó que se prohibiera comer carne y cometer pecado carnal durante la cuaresma y la pasión. Para conseguir esto lo que hizo fue expulsar a las mujeres prostituidas de la ciudad. En concreto, las mandaba a la orilla del río del Arrabal y una vez allí, ellas tenían prohibido acercarse a menos de una legua de la ciudad. Si lo incumplían serían castigadas.
Pero, lo que se celebra en realidad, no es esta primera parte, sino que al terminar la Semana Santa, las mujeres prostituidas eran conducidas en barcas por un sacerdote católico llamado el Padre Putas junto con grupos de estudiantes a través del río Tormes de vuelta a la ciudad, donde el resto de los estudiantes de Salamanca las esperaban para proceder a participar en una "orgía" en la que se desahogarían de todo lo que habían reprimido durante la Semana Santa, cometiendo todo tipo de agresiones sexuales contra estas mujeres. Con toda seguridad, esto sucedía estando todos los estudiantes borrachos, lo que conllevaría una mayor desinhibición en ellos y, por tanto, un aumento en la gravedad de las violencias que ellas tendrían que aguantar.
España es el tercer país con más burdeles del mundo. Hay cifras escalofriantes que muestran cómo el 39% de los españoles ha recurrido a la prostitución. Salamanca tiene 14 conocidos macro-burdeles, una gran cantidad de pisos donde las mujeres están hacinadas sobreviviendo a las violaciones diarias y muchas mujeres prostituidas en las calles y carreteras. Mujeres, que son extorsionadas, coaccionadas, maltratadas y violadas todos los días en Salamanca. Las violaciones diarias aumentan cuando son días festivos o hay despedidas de soltero, cuya diversión en última instancia es explotar sexualmente a las mujeres.
Por último, desde la Plataforma Abolicionista de Salamanca, de nuevo, denunciamos la existencia de una fiesta que perpetúe la misoginia.
Una fiesta que avala el proxenetismo jamás debería ser tradición o cultura.