Esta mañana la patronal y el sindicato convocante han llegado a un acuerdo después de horas de conversación mediada por el gobierno portugués
El ministro de Infraestructuras de Portugal, Pedro Nuno Santos, ha anunciado esta mañana que sindicato y patronal han llegado a un acuerdo que desconvoca la huelga que los transportistas de mercancías peligrosas mantenían desde el pasado lunes, añadiendo que "llevará un tiempo volver a la normalidad", que no será inmediata, sino gradual, según informa el diario Público.
El ministro ha felicitado a trabajadores y patronal por su comportamiento pro-acuerdo y por la "alta capacidad de negociación" demostrada durante unas conversaciones en las que el gobierno ha sido mediador.
La reunión ha finalizado con un compromiso en firme por parte de la patronal, ANTRAM, y el Sindicato Nacional de Transportistas de Mercancías Peligrosas de abordar la negociación colectiva en próximas fechas. Los trabajadores iniciaron la huelga para reivindicar el reconocimiento de una categoría profesional específica que conlleve un aumento salarial.
Durante los tres días de huelga el país vio como los conductores acudían a las gasolineras en masa, formándose grandes filas de coches en estaciones de servicio que pronto se quedaron secas. El transporte aéreo también se vio significativamente afectado, con aviones teniendo que desviar su ruta para repostar en aeropuertos españoles. Las gasolineras de las comarcas españolas fronterizas veían aumentar el número de clientes portugueses y muchos turistas españoles agotaban sus depósitos de gasolina quedando inmovilizados en su lugar de destino y preocupados por el regreso.
Llegaron a estar desabastecidas total o parcialmente cerca del 90% de las gasolineras del país. Se prevé que el suministro vaya llegando poco a poco a lo largo de las próximas horas.
Una "crisis energética", tal y como reconoció el gobierno luso, que declaró la "situación de alerta" en el país y tuvo que tomar medidas para garantizar el cumplimiento de los servicios mínimos, que se concretaron en la dotación de suministro al 40% de las gasolineras de Oporto y Lisboa, extendiéndose esta medida durante la pasada madrugada a todo el país.
La Confederación de Turismo de Portugal en declaraciones ayer a la RTP se lamentaba sobre el impacto negativo de esta huelga en la imagen y la economía de Portugal, en mitad de uno de los periodos del año de mayor recepción de turistas.
Los medios portugueses destacan hoy la manera en que esta huelga ha puesto de manifiesto una nueva realidad sindical en Portugal, donde un joven y pequeño sindicato sin conexión con las grandes estructuras sindicales ha conseguido llevar al país casi a la parálisis.
El gobierno portugués ha sido acusado por la oposición de falta de previsión y de subestimar el alcance de esta huelga, así como de no contar con un plan de contingencia para este tipo de situaciones.
La polémica se ha extendido también a las fuentes energéticas de los aeropuertos. El aeropuerto con mayor volumen de pasajeros de Portugal, el aeropuerto Humberto Delgado de Lisboa, se abastece con camiones cisterna, mientras que el Sá Carneiro de Oporto cuenta con un conducto directo a la refinería de Leça da Palmeira, por lo que no se ha visto sustancialmente afectado por esta crisis.