OPINIóN
Actualizado 06/04/2019
Fructuoso Mangas

Así debiera ser el mundo. Pero no debe ser fácil, quizás ni siquiera posible dada la condición humana, porque desde el principio aprendimos a levantar murallas y cerrar puertas, desde las murallas de Jericó hace miles de años hasta las recientes de púas y concertinas (siempre me impresiona que estén prohibidas en las fincas para no hacer daño a los animales y que luego a sangre fría se instalen para que no pasen las personas?) en Ceuta o el muro de los Clinton, Obama y Trump; y por todo el mundo y desde siempre las ciudades amuralladas con sus puertas y sus guardias. Además hoy hay otras vallas menos visibles, pero seguimos igual o peor.

En Salamanca había muralla que la rodeaba por completo hasta no hace tanto y que definió el esquema urbano hasta hoy, con sus 10 puertas cerradas y candadas a su hora. Y hay fronteras, que ya de por sí todas "enfrentan" (el nombre lo delata) y separan, especialmente cerradas y prohibidas, de forma que no se podrá entrar ni salir y las hay que si entras, luego no sales. Y todo esto a las claras y por el ancho mundo. ¡Hemos logrado poner puertas al campo! Incluso el atasco del famoso "brexit" está originado ante todo a causa de la "frontera" con Irlanda; es la sombra alargada del IRA. Y pasa entre naciones, pero también entre regiones, grupos, partes y partidos y colectivos que cierran filas y puertas contra otros.

Incluso en tiempo de elecciones esto es especialmente intenso, lo que al menos en mi caso produce desasosiego y disgusto social, al ver y oírlos portazos de cierre de unos contra otros, sin que nadie tienda manos ni abra puertas ni cree convivencia. Al contrario, descalificación, condena, desprecio y hostilidad mostrada y demostrada. Pues yo para eso no voto, la verdad.

Por eso me parece muy interesante como idea y símbolo (dos cosas que, por ejemplo, valen más que el dinero) lo del Abrazo de hoy sábado que gestiona y propone Manos Unidas con el X Abrazo Solidario a la Plaza Mayor del mundo a las doce en punto, aunque llueva. Aunque si no llueve, mejor. Y que luego llueva sin parar, que nos hace "tanta falta como el agua". Eso.

Volviendo al Abrazo de Manos Unidas, la plaza con sus arcos abiertos, y son ochenta y ocho, se abre a todos, a la humanidad, especialmente a la menos desarrollada, la del Sur, con sus ventanas abiertas; por eso ochenta y ocho grupos de Salamanca, con mentalidad abierta y solidaria, van a participar habiendo hecho antes su trabajo y participando después en el acto de la Plaza: es el símbolo de una prioridad, de un modo de entender la vida y de organizarla; desde la austeridad sin derroche hasta el compartir y financiar.

Por eso maña hoy en la Plaza nos damos la mano, abrimos cada arco, nos invitamos literalmente a "Ver para Cambiar", que ya es mucho, y abrir puertas y vallas y fronteras; y nos acercamos unos cuantos pasos a ritmo de batucas hasta los problemas de hambre en el mundo y sobre todo hasta los que la sufren. Estamos con ellos y contra ella.

Queda claro, hoy sábado a las 12 en la Plaza Mayor, en cualquiera de sus ochenta y ocho arcos. Aunque llueva, por supuesto.

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