Por otra parte, un vaón de 23 años era detenido por la adquisición fraudulenta de terminales telefónicos y su posterior venta
Una mujer de 38 años ha sido arrestada como presunta autora de un delito de hurto, por coger un teléfono móvil propiedad de una residente del Complejo Hospitalario, que había dejado olvidado en los lavabos.
La aplicación de localización facilitó a los agentes la recuperación del terminal y la identificación de la ladrona, que estaba en el Paseo de San Vicente en la intersección con la Avenida de Maristas, donde la víctima indicó a los agentes que había reconocido a dos mujeres y un niño que había visto en la sala de espera de cardiología, donde ella había estado preguntando si habían encontrado su teléfono.
Al acercarse los agentes para identificarlas, una de las mujeres reconoció voluntariamente ser autora de los hechos, por lo que se procedió a su detención.
'Estafa nigeriana'
Por otra parte, la Policía Nacional detenía a un varón por delito de estafa. Un varón de 23 años, con antecedentes, como presunto autor de la adquisición fraudulenta de un terminal telefónico de alta gama y su posterior venta.
El detenido forma parte de un clan familiar dedicado a este tipo de actividad ilícita, que han convertido en su "modus vivendi" y que consiste en la adquisición de teléfonos de alta gama anunciados por Internet, que acuerdan por un precio determinado con el vendedor, simulando mediante el envío de mensajes el ingreso de la cantidad acordada, ingreso que es ficticio, vendiendo posteriormente los terminales recibidos por empresas de transporte, en establecimientos de compraventa de efectos de segunda mano.
Los miembros del clan, algunos de los cuales ya han sido detenidos y puestos a disposición judicial en diferentes intervenciones en lo que va de año, se considera forman parte de un grupo organizado dedicado a las conocidas como "estafas nigerianas", desempeñando un rol de nivel medio-bajo en el entramado delictivo que está siendo investigado, considerándose que los principales responsables de la organización tienen su sede en el extranjero.
El terminal por el que se ha practicado la detención había sido denunciado en la Comisaría del Distrito de Carabanchel, en Madrid, valorándolo su propietaria en 800 euros. La venta en el establecimiento de compraventa fue efectuada por el detenido por 570 euros, detectándose la misma en una operación de control policial.