En algunos lugares del planeta
es más común, más fácil y probable
que una mujer aprenda a ser violada
a que aprenda a leer.
También aquí y ahora el crujido
de un cuento que se rompe cada día,
la sangre en las paredes, las señales,
la noche que se esconde en su hipotálamo.
Será, claro que sí, será mañana,
desnudo surge el grito del silencio,
el aullido que brota y que recuerda
que nuestro es nuestro tiempo y nuestra voz.