OPINIóN
Actualizado 01/03/2019
Juan Robles

India y occidente tan lejos y tan cerca

Acabo de regresar de un viaje de quince días a la India. Es la primera vez que visito este gran país. Solemos tener grandes prejuicios sobre la India y el oriente en general. Un viaje a este mundo, aunque sea corto y limitado a solo dos estados de la India, Gugerat y Goa, nos ayuda a ponernos en guardia, por lo menos, y a no emitir juicios fáciles y ligeros.

Lo que sí queda claro es que se trata de dos mundos, el oriental y el occidental, completamente distintos y distantes. Hasta la pérdida de un avión en el enlace de Dubai marca simbólicamente esta distancia. Fueron seis horas de retraso, seis pesadas horas más de viaje, que se convirtió en un viaje de treinta horas. La compañía de aviación Emirates, de los Emiratos Árabes, es la que asumió el retraso y la continuidad, aunque fuese con el retardo de seis horas.

Es curioso que tenga que ser el mundo árabe el que marque la mediación entre los dos mundos, el de el extremo oriente y el de occidente. Pero es normal que así sea, situándose como se sitúa, hasta físicamente, entre esas dos realidades humanas tan diferentes.

Viajando a la India, enseguida se distingue la variedad y elegancia del colorido, de las personas y de las cosas. Por supuesto, se destaca el color moreno de las personas, tan diferente del de los negros africanos. Y la elegancia, sobre todo, del hermoso sari femenino. ¡Qué creatividad! ¡Qué delicadeza!

Y eso contrastando con la fealdad de la pobreza y el subdesarrollo. Asunto bastante lamentable, ya que las riquezas y las posibilidades de desarrollo de ese gran país son patentes, tanto por la abundancia y juventud de las personas, como de los medios económicos y aun tecnológicos.

El camino del desarrollo pasa evidentemente por la dedicación a la educación a todos los niveles. Y esa práctica educativa se está llevando a cabo tanto Enel ámbito oficial como en el privado.

Y no es fácilmente realizable, ya que hay que tomar en cuenta la multitud de tribus y diversidad de culturas. Llama la atención que en la educación haya claramente al menos dos líneas de enseñanza: la línea de educación con la base del inglés, y la línea de educación con base en la lengua local, en nuestro caso el gujerati, ya que el estado visitado fue el Gujerat.

El entorno educativo está marcado, además, por la variedad o el pluralismo cultural y religioso: la mayoría de los habitantes son hindus, pero es notable la presencia de musulmanes y la de medios cristianos, por otro lado cristianismo que goza de gran influencia sobre todo en el campo de la educación.

Ese pluralismo religioso-cultural diferencia netamente la realidad oriental de la India respecto de la igualación cultural y tensa que en occidente produce el fenómeno de la globalización.

Aun con chispazos de tensión en determinados momentos, la situación de convivencia de culturas y religiones, manifestaciones religiosas que por otro lado se hacen bien presentes, quizá puedan ser un modelo a seguir, o por lo menos a tener en cuenta en el mundo occidental. India y occidente tan lejos y tan cerca.

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