Se guardó un respetuosísimo minuto de silencio en su memoria por parte de todos los congregados en la Plaza, que habían agotado los pañuelos
La Plaza Mayor de Ciudad Rodrigo se quedó en el más absoluto silencio en la tarde del Viernes, en los instantes previos a que se diese el primer Campanazo del Carnaval 2019, para rendir un emocionantísimo homenaje al ganadero de Casillas de Flores José Pinto, quién ya estaba previsto que fuese protagonista durante esa misma tarde, aunque por motivos bien diferentes, ya que había sido designado para dar el Pregón Mayor del Carnaval.
Como todos saben, su inesperado fallecimiento en la mañana del miércoles trastocó no solo los planes de apertura del Carnaval (desde 1970 había contado todos los años con Pregón Mayor), sino también el ánimo de todos los mirobrigenses, un sentir al que se sumaron los numerosísimos forasteros que ya había en la tarde del Viernes en Ciudad Rodrigo.
El homenaje en la Plaza, guiado por la speaker habitual del Campanazo, Rebeca Jerez, consistió en un minuto de silencio, que se respetó por completo, seguido de un minuto de aplausos y varios gritos de 'Pinto, Pinto' en su memoria. Todos estos actos fueron seguidos desde la balconada de la Casa Consistorial por la familia de José Pinto, estando presente asimismo el alcalde de Casillas de Flores, José Eloy Alfonso Baile, con la compañía de la Corporación Municipal de Ciudad Rodrigo.
Esta tarde tan especial había empezado también de una forma diferente. Después de que el año pasado el Campanazo arrancase en la zona de los Pinos con una discomóvil para celebrar las 10 ediciones del evento, este año se volvió a apostar por esa zona, para así evitar el caos de tráfico que se generaba en la Glorieta del Árbol Gordo. Sin embargo, al no haber discomóvil ni otro entretenimiento de forma inicial (posteriormente ya llegaron las charangas), numerosas personas decidieron ir subiendo hacia el Registro, punto de reparto de los pañuelos farinatos.
De hecho, antes incluso de que estuviese montada la estructura de vallas para que el reparto sea ordenado, ya había personas esperando en el Registro, y en el momento de iniciarse su entrega, estaba totalmente lleno. Pese a que un año más se había preparado una cifra impresionante de pañuelos, 8.000, otra edición más se agotaron, de tal modo que los últimos en pasar por allí ya se quedaron sin ellos.
Asimismo, para evitar el tapón en la calle Madrid, en un momento dado se cortó el paso por esa vía desde el cruce con las calles Cadimus y Cuatro Calles hacia adelante, de tal modo que hubo que desviarse por esas mismas calles para terminar de llegar al ágora, donde había un fenomenal ambientazo liderado por las charangas. En esa Plaza lucía, en la parte alta de la Casa Consistorial, una pancarta recordando a José Pinto, que permanecerá allí todos los días de Carnaval.
Tras el ya mencionado minuto de silencio en memoria del popular ganadero, tuvo lugar el Campanazo propiamente dicho, que este año corrió a cargo de dos montadores de tablaos, ya que la Asociación Cultural Carnavaldeltoro.es, organizadora del evento, ha concedido a ese colectivo su distinción del Reloj Suelto.
Como es habitual, en la Plaza hubo a lo largo del evento manteos a jóvenes, mientras que otros fueron 'procesionados' al ritmo semanasantero que interpretaron en un momento dado las charangas, que tenían un espacio reservado en el centro de la Plaza desde el cual también se soltaron globos y confetti. Además, para rematar el acto, hubo un par de jóvenes que ofrecieron los primeros momentos de 'riesgo' del Carnaval, al tirarse desde lo alto de un burladero hacia sus amigos.
Poco a poco, la multitud se fue dispersando, entrando en acción los barrenderos para intentar retirar antes del encierro de mansos todas las botellas que habían sido arrojadas a la arena de la Plaza.