El mundo jamás llegará a corromperse del todo porque es el fruto de una inteligencia que nos supera. La sabiduría natural que lo gobierna hace que, el bien y el mal, convivan en equilibrio permanente. De manera que, ninguno de ellos por separado, dispone de fuerza suficiente para destruir a su contrario.
Manuel Lamas (del libro Verbo y Barro)