Aquí mi ofrenda al caminante que ya no pudo caminar más allá de Colliure, un 22 de febrero de 1939. La acompaño con un estupendo retrato (146 x 114 cm. Técnica mixta sobre lienzo), hecho por el pintor Miguel Elías, mi amigo-hermano, quien también aporta un dibujo del maestro andaluz y de la vieja Castilla.
POR MACHADO
Tras la cuerda floja,
el equilibrio de unas lágrimas
de las que todavía participo
ajustando el corazón,
aquí, donde el crepúsculo
recuerda otros caminos de marcha
amordazada remontando
exilios, paisajes que se aman
con otro desgarro más
hasta que reviva la muerte.
Única Castilla blanqueando
cráneos mientras enloquecían
dieciséis lustros de ayer,
revuelos, fronteras despertándose
apenas?
En este páramo rindo vasallaje
a los versos fecundados
por el hombre que,
huyendo de las bestias, aún hoy
descansa a la intemperie,
helándose.