La tasa de emancipación se reduce 7 puntos entre los 16 y 34 años, siendo mayores las dificultades para aquellos en situación de desempleo o con contratos temporales
Las dificultades de acceso al empleo y la calidad de este, la mayor duración de la etapa formativa, la reducción de la capacidad adquisitiva o el elevado coste y las restricciones de acceso a la vivienda son algunos de los factores que explican que en nuestro país la edad de emancipación de los jóvenes se haya ido retrasando. El porcentaje de jóvenes de entre 16 y 34 años que no está emancipado ha aumentado del 58,1% en 2008 al 65,1% diez años después, tal y como se desprende del estudio realizado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).
La tasa de emancipación de los jóvenes con edades entre 16 y 34 años se ha reducido en 7 puntos porcentuales desde 2008, siendo más acusada en la población entre 20 y 29 años como consecuencia de la crisis económica que, como señala el estudio, "ha supuesto una reducción de las oportunidades laborales de aquellos que accedían por primera vez al mercado de trabajo y una caída de los salarios y de la capacidad adquisitiva de este colectivo".
De hecho, las dificultades para acceder al mercado laboral y la calidad del empleo son dos de los factores más importantes para los jóvenes a la hora de emanciparse. La tasa de emancipación es mayor en los jóvenes de entre 16 y 34 años que están ocupados en el mercado de trabajo (51,4%) frente a aquellos que se encuentran en situación de desempleo (31,7%) o de inactividad (12,1%). También influye la mayor o menor estabilidad en el empleo, ya que la tasa de emancipación de los jóvenes con contrato indefinido asciende al 62% en 2018, mientras que se reduce al 36,8% en los jóvenes con contrato temporal.
La continuación de los estudios también puede retrasar la salida del hogar familiar, ya que solo el 8% de los jóvenes que cursa formación reglada está emancipado. Asimismo, la tasa de emancipación es mayor en los jóvenes que tienen estudios superiores (FP de Grado Superior y Universitarios, 43,7% y 47,2%, respectivamente).
Por último, aunque no menos importante, las dificultades de acceso a la vivienda. Según este estudio, y en 2017 casi el 60% de los hogares sustentados por jóvenes opta por una vivienda en alquiler o cedida por familiares, mientras que en 2008 el 60,5% se decantaba por una vivienda en propiedad.
Según la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) que elabora el INE, el gasto en vivienda representa más del 30% del gasto total de los hogares españoles formados por jóvenes entre 16 y 34 años, lo que equivale a casi 8.000 euros de media por hogar en 2017.