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Cada día aguanto menos las falsedades de Emilio, el camarero. Insiste una y otra vez en que a los inmigrantes les pagamos la casa los españoles (mentira), en que les damos unas pensiones escandalosas (mentira), es que nos roban los puestos de trabajo (mentira)?
Ahora está feliz porque Sánchez ha entrado en razón y no permite que el barco de Open Arms vuelva a las aguas del mediterráneo a seguir salvando vidas. Dice que así se frena el efecto llamada. Me indigno. Me indigno mucho, porque con efecto o sin efecto, ayer murieron 117 personas al hundirse la patera en la que viajaban. Sólo se salvaron tres. Gracias, Conte. Gracias, Sánchez?
Mientras comen de cine presidentes y primeros ministros, mueren 117 personas. Y no los mata el mayordomo. Los asesinan los señores y los señoritos. La (in)Justicia no pedirá cuentas a esos asesinos en serie y en masa.