Finalmente, tal y como se esperaba, las negociaciones para elegir un nuevo gobierno de la Junta de Andalucía han tenido sus frutos, y el popular Juan Manuel Moreno Bonilla será quien la presida, en un inédito gobierno de derechas que rompe así con cuatro décadas del PSOE al frente de la Junta andaluza.
Sin embargo, a pesar de que en la noche de las elecciones todo el mundo daba por seguro dicho pacto de investidura (a pesar de las tradicionales quejas del PP sobre los que denominaba 'pactos de perdedores', que si le benefician parecen no ser tal), desde entonces ha habido diversos tiras y aflojas entre las formaciones llamadas a pactar, especialmente entre Ciudadanos y Vox, habiendo evitado los de Albert Rivera una incómoda foto junto a la formación ultraderechista, que hubiese levantado ampollas entre sus socios liberales europeos.
No obstante, a sabiendas de que el pacto acabaría dándose, con foto a tres bandas o sin ella, podría decirse que las supuestas tiranteces entre C's y Vox han sido más bien una especie de teatrillo de cara a la galería, ya que todos los partidos quieren ir marcando territorio de cara a las elecciones locales, autonómicas y europeas de mayo.
Asimismo, este teatrillo le ha servido al PP de Casado para mostrar una posición más cercana a Vox, al ser conscientes en su formación de que están sufriendo una importante fuga de votos hacia la formación de Abascal entre sus sectores situados más a la derecha. De esta manera, se podría decir que en el PP dan ya por perdido el sector de antiguos electores ubicado más hacia el centro, que habría cambiado en buena medida previamente al PP por C's.
De este modo, las negociaciones entre PP, C's y Vox se han basado en aparentar el juego del poli bueno y el poli malo entre C's y Vox, que han pretendido presentarse como el 'poli bueno' ante 'los suyos', y señalar como 'poli malo' a esa otra formación que no ha compartido foto con ellos, pero con la cual compartirán el sentido del voto en el pleno de investidura.
Así, Ciudadanos ha acabado logrando la felicitación de sus socios liberales europeos, que han aplaudido que se haya dado el pacto sin que C's haya hecho concesiones a Vox. Y por su parte, los de Abascal han conseguido vender a sus votantes la imagen de que, de cara a dicho pacto, C's habría sido el 'poli malo' que no quería sentarse a negociar, logrando de paso que durante estas semanas todo el foco mediático se haya centrado en Vox, que ha logrado una gran publicidad gracias a este hecho, haciéndole la campaña los medios de cara a mayo.
En medio de ambos, se habría situado el PP, intentando jugar a la ambivalencia, queriendo presentarse como la única opción capaz de lograr acuerdos entre las tres formaciones situadas entre el centro y la ultraderecha, con lo que buscaría poner en valor una imagen de actor fundamental en el sector de la derecha política del país.
De esta manera, Andalucía estrenará presidente la próxima semana, aunque los partidos que auparán al gobierno andaluz a Moreno Bonilla han tenido la vista puesta más bien en las elecciones de mayo, para las que este proceso de negociación les ha servido de precampaña.