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Ayer estuve con sus Majestades, pero con los de verdad, los que son elegidos por aclamación año tras año. Ayer estuve con Melchor, con Gaspar, con Baltasar.
Como cada año, les pedí que nos ayuden a acabar con la impostura de un sistema que nos obliga a aceptar otros Reyes, los que no han sido elegidos, Felipe y Letizia (que se nos otorgan con el paquete anterior, Juan Carlos y Sofía, sin que nadie sepa la razón).
El año que viene, cuando escriba la carta, volveré a pedir lo de siempre: que vengan los unos, que se vayan los otros: con sus cacerías, con sus disputas por el poder, con su puterío y sus compiyoguis. ¡Que se vayan!
Lástima que los Reyes, los de verdad, Melchor, Gaspar y Baltasar, no tengan tanto poder como para cumplir deseos.