OPINIóN
Actualizado 04/01/2019
Mercedes Sánchez

Iniciamos año con una alegría algo contenida, de tanto como hay que cambiar y mejorar. Pero algo no cambia del todo, permanece inmutable, y es el amor por la música.

Estrenamos doce meses, uno a uno, dejándonos seducir por los valses que anuncian promesas, que recogen inquietudes, que suspiran acompasados el ritmo de los violines.

Con sinfonías inacabadas, con melodías y cantares, con auroras boreales, comenzamos año en cualquier parte de cada hemisferio, descubriendo un hueco en la cara oculta de la luna, quizá para poblarla cuando ya seamos aquí demasiados, quizás para conquistarla sin ton ni son? tal vez para poner una u otra bandera, para invadir, quizá, como se colonizan los interiores de las vidas en la cotidianidad de la cuenta de las vueltas que da la luna sobre sí.

Pero siempre la música nos salva de la ruina, nos riega de sabores desiguales, nos alza al universo que es sólo nuestro o en el que quizás exista otro ser con nuestra sensibilidad, al mismo nivel lo sensible, para compartir y desarrollar?

Y, aunque tenemos nuestros tempos preferidos, nuestros ritmos, nuestros compases, estamos abiertos al sonar del universo, a ese ruido de fondo que hace la humanidad al rodar en el ir y venir de la vida.

Buscamos en las sonrisas la piedra filosofal, esa sustancia de alquimia que convierte lo plomizo de las nubes en oro de nuevos días, el tedio de la repetición en plata de ley que haga que el amanecer, la noche, el instante, merezca la pena, digno de ser vivido, de ser compartido.

Y allí, en ese espacio, en ese hueco buscado, la música es siempre buena compañera de cualquier sentimiento, de cualquier situación. Inundando se convierte en los mejores oídos de nuestro estado, en la mejor búsqueda de un universo a medida en el que perderse o encontrarse.

La música? Eco de nuestra vida. Refugio de lo bello, memoria eterna de los momentos. Con su evolución, sus cabriolas, los toques en el suelo moviendo un pie que la ensalza, dirige nuestros pasos, nos evade o concilia, nos moldea o besa.

¡Habrá que dejarse arrullar por la música del Nuevo Año!

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >La música del nuevo año