No tiembles abuela
que aún... eres guapa:
y... ¡contando cuentos!,
resuelta y salada,
distraes a tus nietos;
¡qué abuela tan maja!,
con puntualidad...,
los vas a llevar
a la guardería.
¡Y, con que lucidez!,
marcha a todas partes,
¡qué abuela tan buena!
¿por qué no eres mía?,
con tanto cariño...
tu amor me darías,
y, yo en recompensa
¡cuánto te querría!
'Abuela del alma"
o_texto">¡qué pena la mía,
no tuve a ninguna
ni tu, eres mía.
Cuanto me faltaron...
aquellas abuelas,
ya. nací sin ellas:
marcharon tan pronto
que no pude verlas;
y quedé, con el ansia
de no conocerlas.
Una doble madre
es tener abuela;
por eso he sentido...
la falta de ellas.
Del libro 'La llave del silencio'
Teresa Marcos Domínguez