OPINIóN
Actualizado 14/12/2018
Montse Vicente

Cuando yo era universitaria, pasaba la Nochevieja como el resto de los mortales: repartida entre la familia, con la que cenabas y tomabas las uvas y el champán, y los amigos de toda la vida, con los que te divertías hasta la hora del chocolate con churros, bien amanecido el día 1 de enero.

Claro que echábamos de menos a los compañeros de clase, con los que pasábamos todas las mañanas, algunas tardes y casi todas las noches de viernes y alguna que otra más, pero era lo que había. Cuando llegaban las vacaciones de Navidad, la mayoría de la gente se iba a su casa así que te despedías de ellos "hasta el año que viene".

Por eso, la primera vez que oí hablar de la Nochevieja Universitaria, me dio envidia (creo que sana), de que ahora los jóvenes tengan tantas opciones para divertirse. La verdad es que las vísperas de la Navidad son el mejor momento para las fiestas universitarias: aún no han empezado los exámenes, las despedidas y las cenas de empresa lo inundan todo, y la ciudad, que ya ha empezado a engalanarse, invita al jolgorio.

Y la fiesta trascendió. Los medios de comunicación la difundieron por todas partes, y los estudiantes de toda España, sobre todo los Erasmus, empezaron a organizarse para venir también. Mira, una fiesta de hermandad de estudiantes de todas las nacionalidades del mundo, mooola.

No sé en qué momento algunos hosteleros vieron la posibilidad de negocio, supongo que desde el principio, pero el caso es que empezaron a "ayudar" a organizar y a difundir y todo esto se ha ido un poco de madre, hasta el punto de que la mayoría de los universitarios que estudian en Salamanca, ya no van: está excesivamente masificada, es más divertida cualquier otra noche.

Se ha convertido en un macrobotellón auspiciado por el Ayuntamiento, donde quien gana son unos cuantos hosteleros, y quienes pierden, como siempre, somos nosotros, los ciudadanos de a pie que pagamos la seguridad, la limpieza, los destrozos?

Escribo esto unas horas antes de que comience y deseo de corazón que este año la fiesta sea divertida, que no nos salga muy cara y que no tengamos que lamentar ninguna desgracia, en especial que ninguna chica tenga que denunciar violencia sexual:

QUE LAS CHICAS TENGAN TANTO DERECHO COMO LOS CHICOS A DISFRUTAR DE ESTA FIESTA.

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