Manolo Jiménez, exentrenador de la UD Las Palmas. Foto UD Las Palmas


OPINIóN
Actualizado 06/12/2018
Manuel Rodríguez García Marogar

Razón tenía Menotti cuando decía: "El problema no es por qué echan a los entrenadores. El problema es que no saben para que los fichan"

Estamos en el primer tercio del Campeonato, y en la Segunda División española ya fueron destituidos ocho entrenadores. Y lean deprisa porque la lista puede ampliarse en minutos. Razón tenía Menotti cuando decía: "El problema no es por qué echan a los entrenadores. El problema es que no saben para que los fichan". Eso sí, ningún presidente ni secretario técnico responde de sus malas decisiones. Y lo curioso del caso es que los aficionados actúan como en el circo romano, al módico precio de cero euros bajan el dedo y la maquinaria se pone en marcha enseguida: ¡Fuera el entrenador! Quizás les gustaría que en sus empresas se pudieran cargar a su propio jefe con tanta facilidad y, a falta de dicha sencillez, disfrutan en el fútbol desacreditando a un profesional.

En una misma jornada cayó en Las Palmas el veterano Manolo Jiménez; en la mañana del domingo Rubén Baraja perdió con el Sporting contra el Oviedo y se sumó a la lista; por la tarde, Sandoval en el Córdoba acabó también en la calle precisamente un equipo en peligro de extinción porque lo debe todo pero no le importa gastar en echar a entrenadores. Ya son ocho entrenadores los que han perdido su trabajo, y solo ha transcurrido un tercio del Campeonato. Es todo un récord negativo.


En 2009 hubo seis ceses cuando había transcurrido la decimocuarta jornada. Precisamente aquel verano la mitad de los equipos de la categoría ya habían cambiado de técnico. El primero en caer esta campaña fue Echevarría en el Tenerife. Había tomado al equipo un punto por encima del descenso quedando alejado del play off del ascenso. En la quinta jornada, habiendo empatado los tres primeros partidos y perdido los dos siguientes, el presidente del club canario reconocía: "Quizás no debimos renovarle". Y se quedó tan pancho? Lo mismo le ocurrió a Idiakez en Zaragoza; Gordillo en Tarragona; Javi López en Lugo; Sabas en el Extremadura; etc. Por ejemplo, Las Palmas fichó recientemente a Paco Herrera, quien había ascendido a Primera, y luego a Manolo Márquez, Ayestarán, Paquito Ortiz, Paco Jémez, Jiménez ? Un entrenador cada diez jornadas.

En las últimas cinco temporadas, al menos 10 de los 22 equipos que componen la categoría cambiaron de entrenador. Tan solo Álvaro Cervera ha dirigido 98 partidos seguidos con el Cádiz, quizás la estadística juega en su contra pero ahí sigue como una excepción llamativa y, para mí, deseable

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