"No se trata tan sólo de una cuestión de energia, ni tampoco de los gases contaminantes; tampoco del problema que causamos a la agricultura, o el congestionamiento y la contaminación de los centros urbanos. El problema es otro más grave: estamos simplific
ENTRE PUENTES
COCHES, RUMIANTES Y CONTAMINANTES (II)
La carne y la leche son símbolos de bienestar. Los países en desarrollo no quieren quedarse fuera y comienzan a emular los hábitos alimenticios occidentales. En China e India ya se bebe leche y se come carne de vaca. Es más, el consumo de carne en el mundo se multiplicara por dos a mediados de este siglo, según la FAO. Por el lado de la oferta, una drástica reducción del consumo será también problemática: "Un granjero puede alimentar a 30 personas durante un año con una hectárea de terreno si produce vegetales, frutas y cereales. Si la misma área se utiliza para producir huevos, leche o carne, el número desciende a entre cinco y 10 personas". "No es una buena recomendación a escala global, porque los países pobres deben aumentar el consumo de carne en sus dietas. En los países ricos, sin embargo, se come demasiada carne. España no es una excepción. Unos 121 kilos al año, según la FAO, más que cualquier otro país europeo. Desde los años sesenta, cuando se tienen los primeros datos, el consumo no ha parado de aumentar. "Hasta 1984 la dieta en España seguía prácticamente al pie de la letra los patrones de la dieta mediterránea, de la que nos estamos alejando progresivamente, porque ingerimos menos hidratos de carbono y más proteínas, es decir, menos legumbres y pan y más alimentos proteicos como la carne. "Aunque la carne, en su justa medida, es muy necesaria". Para reducir el riesgo de padecer cáncer, el consumo no debería ser mayor de 500 gramos a la semana.
No contaminan igual las vacas, los cerdos o los pollos. "Un cuarto de las emisiones del sector son de los rumiantes, sobre todo de las vacas". "Por un kilo de proteína de carne de vaca, se producen entre tres y cuatro veces más gases de efecto invernadero que con la misma cantidad de proteína de carne de pollo. Tampoco todas las vacas son iguales si hablamos de gases de efecto invernadero. Las vacas lecheras expulsan el doble de metano. Y las que tienen terneros, todavía más. "Entre 200 y 250 kilos al año. Nos preguntamos si ambas cosas, la presencia de muchas vacas y la mala calidad del aire podrán estar relacionadas, y encontramos que sí, parcialmente". El estiércol contiene amoníaco que, combinado con los gases emitidos por los coches, "da lugar a unas pequeñas partículas que contaminan el ambiente".
En todo caso, la defensa de los productores va más allá de las cifras. Opinan que "el tema se está sacando de quicio". Es ridículo pensar que comer menos carne va a solucionar el tema del cambio climático. Se coarta a la gente en su alimentación, y luego no se cuestiona el modelo consumista de energía en el que vivimos". Y rematan "Seguro que Paul McCartney no se plantea la utilización del aire acondicionado, o los viajes en avión y jet privado al otro lado del mundo. Hay mucha demagogia"? Eso sin duda?
Fermín González salamancartvaldia.es blog taurinerías