Después de ganar al "gua",
cuando de niño jugaba,
a la fuente me asomaba,
para degustar el agua.
Mojada se resbalaba,
mi palma, a la sazón
y cayendo en el pilón
una mano me sacaba.
Una mujer siempre era,
que sentada, allí estaba,
la que raudo me sacaba,
para estar rápido fuera.
Y recuerdo la expresión,
que la mujer murmuraba,
"si a la fuente se encarama,
siempre estará en el pilón".
"Que diantre es este niño,
no acalugo, siempre trama,
lo saco cada mañana,
le tengo mucho cariño".
Ya secado regresaba,
y aunque no tenía malicia,
siempre armaba alguna picia,
en esta fuente encantada.
Andrés Barés Calama