OPINIóN
Actualizado 09/11/2018
Manuel Rodríguez Fraile

"Es una decisión que le honra", declaró el Presidente del Partido Popular, Pablo Casado, tras producirse la dimisión de María Dolores de Cospedal de la ejecutiva de su partido y dejar su escaño como diputada. ¿Qué le honra dimitir? ¡No le quedaba otro remedio, hombre! Tampoco fueron honrosas las dimisiones de Cristina Cifuentes, Rodrigo Rato, José Manuel Soria o Carmen Montón, por citar sólo algunas de las más recientes. Cuando uno se ve obligado a dimitir por los motivos que lo han hecho los citados ¿dónde está la honra?

Cospedal, es la última víctima de un siniestro personaje al que me niego a dar el tratamiento de Señor, ni siquiera el de comisario, porque deshora la profesión; un individuo que seguro que ha hecho ya otra muesca en la carcasa de la grabadora que utilizó como arma de destrucción letal de forma indiscriminada. Y seguro que aún le queda cinta en su recamara para más tropelías, pues parece que tenía cierta afición a grabar y guardar sus reuniones con todo quisqui.

La Real Academia de la Lengua Española incluye 5 significados para "honra".

1. f. Estima y respeto de la dignidad propia.

2. f. Buena opinión y fama adquiridas por la virtud y el mérito.

3. f. Demostración de aprecio que se hace de alguien por su virtud y mérito.

4. f. Pudor, honestidad y recato de las mujeres.

5. f. pl. Oficio solemne que se celebra por los difuntos algunos días después del entierro, y también anualmente.

No sé cuál de estos significados se puede aplicar a la exdiputada del Partido Popular, las 3 primeras presuntamente no le cuadran, la cuarta me resulta sexista, tal vez la última, por eso del entierro político que le han ofrecido generosamente sus compañeros de partido.

Está cada día más claro que el lenguaje que utilizan nuestros políticos se aleja progresivamente del usado por el común de los mortales. Para ellos una dimisión forzada por actos vergonzosos, honran a sus autores, que incluso se permiten argumentar en su defensa que cumplían con su deber. El encubrimiento de un delincuente pasa a ser un despido en diferido. Las víctimas estafadas por las preferentes, afectados. Los derechos laborales son, en sus declaraciones públicas, privilegios; los recortes presupuestarios, reformas y utilizan el término subcontratas cuando hablan de privatizaciones.

Hoy se lleva mucho eso de calificar ciertas declaraciones como "medias verdades" y lapidar al adversario con calificativos como nazi, ultra derecha, populista, etc. Algunos hablan de presos políticos, otros de políticos presos. Unos se definen como bloque constitucionalista y su oposición se autodefine como progresista y democrática. Y así, poco a poco, las palabras del nuestro idioma se van vaciando de contenido porque uno ya no sabe qué significado aplicar en cada caso.

Pero el lenguaje es un el elemento básico en el intercambiamos información por eso es importante que todos acordemos el código a utilizar ya que si no la comunicación es imposible. Este hecho cobra especial relevancia hoy dia ya que la ingente cantidad de informaciones que recibe el ciudadano medio y la rapidez de las mismas hace que dificilmente se tenga tiempo o se pueda disponer de medio para confirmar si son ciertas o están manipuladas.

Nuestro politico no ponen mucho de su parte ya que utilizan el lenguaje de forma interesada y torticera[2], abusan de sofismas, utilizan intencionadamente términos equívocos o que manipulan a su conveniencia y abusan de conceptos técnicos. Todo esto no es algo banal, sino muy grave pues atenta contra la convivencia misma. Las palabras pueden generar consenso, pueden convencer, apaciguar, consolar, explicar o alentar, pero también pueden sembrar odio, rencor, xenofobia, machismo, racismo, indignación y violencia. Cuidado con ellas.

Un proverbio chino dice: Hay tres cosas que nunca vuelven atrás: La palabra pronunciada, la flecha lanzada y la oportunidad perdida. Yo, desde aquí quiero animar a nuestros representantes públicos a que no pierdan la oportunidad de recuperar la cordura, que dejen de utilizar palabras vacias o envenenadas y utilicen nuestra hermosa lengua para comunicar, no para desinformar y hostigar[4].


http://dle.rae.es/srv/fetch?id=KdRS9Q6

Injusto, o que no se ajusta a las leyes o a la razón.

[3] Argumento falso o capcioso que se pretende hacer pasar por verdadero.

Normalmente se entiende como una conducta destinada a perturbar o alterar.

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