Mesopotamia, la tierra entre los ríos Tigris y Éufrates, fue el hogar de importantes pueblos del mundo antiguo. La música ha estado siempre presente en la historia de la humanidad, pero es en Mesopotamia donde surgen una gran variedad de instrumentos de viento, cuerda y percusión: La lira, el arpa, el laúd, la flauta, chirimías dobles, trompetas rectas o en espiral, sonajas, varillas entrechocadas, sistros, tambores y bombos, son algunos de los instrumentos que originaron la gran mayoría de los instrumentos que conocemos ahora.
Los hallazgos más importantes en las tumbas reales de las antiguas ciudades de Ur y Kisch, nos hablan de los instrumentos utilizados por aquellos habitantes. Los estudios arqueológicos muestran las pinturas de la época en las que los músicos contaban con gran importancia en la sociedad.
Los músicos comenzaron a hacer anotaciones, creando así la notación musical más antigua que se conoce. Contamos, por tanto, con un valioso documento que muestra un acompañamiento musical con arpa, el instrumento más utilizado en la época.
Se podría decir que la cultura mesopotámica inicia la historia de la música occidental, donde los templos y la religión fueron un factor fundamental. El rey y sacerdote al frente del estado recibía obsequios en forma de música y esos cantos eran lamentaciones que iban dirigidas al dios, donde vemos que los sumerios tocaban el arpa, los tambores, los panderos, las liras y los cascabeles para acompañar los salmos. Es el inicio de las celebraciones religiosas de las culturas venideras.