Por desgracia para algunos el ser español es el poner la bandera de España en su balcón, y ver quien la pone más grande, es llevar la banderita como pulsera o en cuello de la camisa, y no, eso nada tiene que ver con ser español.
Ser español es otra cosa, es que te duela España ante tantos parados, ante la salida de España de la juventud más preparada y que van a dar gran rendimiento en otros países, después de lo que nos ha costado prepararlos en nuestras universidades, es que te duela como desahucian de sus viviendas a las familias, es luchar para que en nuestra Salamanca no se explote una mina de uranio a cielo abierto y pueda dañar de manera irreversible a nuestro Campo Charro, es el ser solidario con los que sufren, con los más humildes.
Ser español es sentirte orgulloso de saber que somos el primer país del mundo en donaciones para trasplantes, formar parte de la tierra de las mil culturas, siendo también los del buen humor.
Te contaré que es para mí ser español: es sentir que ardes cuando se quema Doñana, las Batuecas o cuando tiembla Lorca, es emocionarse al escuchar historias de meigas en Galicia tomándose un orujo, es presumir de que Canarias nada tiene que envidiarle al Caribe, es enamorarse del mar al oír "Mediterráneo" de Serrat, es presumir de que en Andalucía haya playas, nieve y desierto, es escanciar una sidra en Asturias, comer unas anchoas en Santoña (Cantabria), un vino de Rioja, un entrecot de carne morucha, Jamón de Guijuelo, Farinato de Ciudad Rodrigo, lentejas de la Armuña, garbanzos de Pedrosillo, un bollo maimón, un hornazo, y una Chanfaina bien hecha en Salamanca, una paella en Valencia, una ensaimada en Mallorca, una butifarra en Cataluña, un cocido madrileño, tomar una copita de "gloria" y guisar con pimentón de la Vera, tomar la "torta del Casar", y las cerezas del Jerte, en Cáceres, es comer el "limón" unas obleas, turrón y bailar un "picao" recordando al Guinda en la plaza de La Alberca, es emocionarse con todo aquello que tenemos y sentimos.
Ser español es sentirte orgulloso cuando visitas el parque Güell y la Sagrada Familia en Barcelona, el museo Guggenheim en Bilbao, el Prado o Sorolla en Madrid, hacer el Camino de Santiago, ver un atardecer en las playas de Cádiz, ver una salida del sol desde la Peña de Francia, y comer una tortilla de patatas entre sus riscos y con las hormigas, pasear por la Sierra de Francia, hacer la ruta de las raíces y del agua, o vivir la noche de Ánimas en Mogarraz, es caminar en la noche por las sinuosas y misteriosas calles de La Alberca, entender su hechizo, su magia, su encanto, su belleza ancestral, oyendo a la "Moza de Ánimas", sintiendo su ritual de rezos que se mezclan con el murmullo del agua calle abajo.
Ser español es, sentirte ofendido cuando oyes a un presentador de radio hablar bien de Salamanca para acabar diciendo que unos "cernícalos" quieren romper España, decirle que el "Cernícalo", en un hermoso ejemplar de nuestra fauna ibérica, y más inteligente que él, y decirle a este impresentable, que me pregunte a mí si yo amo a La Alberca a la Sierra de Francia a Salamanca y al resto de España, y que se deje de lisonjas este esclavo y lacayo del gran capital, si al final va a escupir odio, solo decirle a este "papamoscas de órgano" que solo sopla lo que le dictan, que los grandes intelectuales y artistas están al otro lado del que él está, y que aman a España por ser personas sensibles, inteligentes y de gran corazón.
Ser español es querer que en tu país no haya pobreza, ni incultura, ni enfermos en los pasillos de los hospitales, ni maltratos en las residencias de ancianos.
Ser español es: ¡¡¡AMAR A TU PAÍS!!!
Andrés Barés Calama