OPINIóN
Actualizado 25/10/2018
Alfredo Pérez Alencart

Marina Izquierdo en el Centro de Estudios Brasileños de la Usal (foto de Jacqueline Alencar)

No suelo escribir tras la muerte de algún amigo o conocido. El pasado 16 de octubre, mientras un grupo de poetas se preparaba para salir al escenario del Teatro Liceo, Rafael Soler, buen escritor valenciano, me preguntó si sabía de la muerte de Marina Izquierdo, cuatro días antes y en Miami.

Quedé abatido, pues desde hace meses manteníamos cierto intercambio de correos: ella quería estar en el XXI Encuentro y le habíamos encontrado un espacio para oír su voz. Cierto que sabía que no estaría en Salamanca, porque el jueves 4 me había escrito el siguiente correo: "Estimado Alfredo, siento muchísimo decirte que no voy a poder ir el 16; sabes que me hubiera encantado y te agradezco mucho la invitación. Mi venida a Miami no ha sido lo buena que esperaba y estoy ingresada por segunda vez en el hospital. Está siendo largo y tedioso, pero la salud es lo primero. Te voy informando. Un abrazo para ti y para Jacqueline".

Ella había participado en el XIX Encuentro de Poetas Iberoamericanos, como finalista que fue del Premio Internacional Pilar Fernández Labrador con el poemario "La mitad silenciada". Y quedó enamorada de Salamanca.

Esta valenciana universal era licenciada en Filología y en Ciencias de la Información, estudió literatura en la Queen Mary University of London. Periodista cultural con una extensa trayectoria, ha sido profesora de lengua y literatura en la Universidad de Columbia, Manhattanville, Instituto Cervantes, Queen Sophia Institute (Nueva York) y en la Universidad de Malta (Literatura y mujer). También vivió en Nicaragua... Obtuvo el XVII Premio de Poesía Voces Nuevas. Tiene poemas y relatos en diversas antologías y fue finalista del XXVII Premio Ana María Matute de Narrativa de Mujeres y del XIII Certamen de Narrativa Breve de Igualdad del Ayuntamiento de Valencia. Formaba parte de la junta directiva de la Plataforma de Mujeres Escritoras del Mediterráneo.

Aquí les dejo el texto inédito enviado para publicarse en la antología POR OCHO CENTURIAS, donde aparece en la página 233.

Foto de Jacqueline Alencar

VIENTO SABIO


Es Salamanca decana en cátedras

cinceladas con peldaños de prudencia

en la cantera de los tres tramos de la vida

como lo fue en alumbrar prohombres universales

y tras siglos de silencio, al fin,

dar voz a sus mujeres próceras.

Son la Latina o la Medrano,

maestra de reinas y catedrática mundial primera,

las que desandan los opacos siglos

de ese reloj de injusta arena y antigua inercia.

Hoy que todos los tiempos cristalizan

en la muesca de un solo espacio.

Hoy que es en el saber de la piedra indisoluble

donde el viento sabio resarce a su tierra.

Reciba el adiós de los poetas que todo octubre se congregan en esta capital del Tormes.

Foto de jacqueline Alencar

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