"Para sobrellevar esta enfermedad es fundamental un carácter positivo. Hace mucho el carácter de la persona"
El cáncer de mama llegó a la vida de María Eugenia en un momento ya de por sí duro. Su madre estaba muy enferma, ya en fase terminal, por lo que su vida en ese momento giraba en torno a ella y a sus cuidados. "Me descubrieron el tumor a finales de febrero. Yo no noté nada, me lo detectaron en una revisión rutinaria. Me pilló en una época muy mala por lo que me lo tomé como algo secundario, pero es inevitable sentir mucho miedo. Yo lo primero que pensé cuando me confirmaron la palabra cáncer es que se me acababa la vida, y me planteaba todas las cosas que me quedaban por hacer. Luego te conciencias poco a poco de que hay que seguir adelante, y te da mucha fuerza saber que estás en buenas manos con los profesionales sanitarios que hacen que todo el proceso sea más fácil", explica.
María Eugenia no tiene hijos. Recuerda emocionada cuando su marido se enteró del diagnóstico, y se sorprende de sí misma por su entereza y su fuerza todos estos meses. "Al principio pensé que la pérdida del pelo no le iba a dar importancia pero cuando ves, por ejemplo, que al ducharte te quedas con él en las manos, y cómo avanza la pérdida, es muy duro. Yo tenía muchísimo pelo, mucha cantidad, y al ver como avanzaba la caida fui yo la que pedí que me raparan del todo. Ahora me pongo la peluca para salir a la calle, si salgo a caminar por mi barrio salgo con pañuelo".
Su rutina, aunque ha habido días "muy duros", no he visto alterada. No ha dejado de montar en bici aunque con menos intesidad, no ha dejado de planear cosas y salir, aunque reconoce que hay días que las piernas se resienten mucho de cansancio. "Para sobrellevar esta enfermedad es fundamental un carácter positivo. Hace mucho el carácter de la persona. En mi caso muchas veces soy yo la que da ánimos a los que están a mi alrededor. El cáncer ha hecho que valore más la vida y ahora sé que puedo con todo", concluye.