OPINIóN
Actualizado 04/10/2018
Montse Hierro

¿POR QUÉ NO BRINDAMOS POR ANTONIO COLINAS?

Antonio Colinas recuperó la noche como plenitud y hondura, en el sentido de los románticos y de los místicos. Recogió la pasión del mundo clásico o los misterios de los etruscos. Vivió Italia como fuente de sensualidad y fervor, igual que Santillana del Mar o los campos intensos de León.

Nos habló de un soldado que muere en el norte de España leyendo a Virgilio, de una muchacha por la cual el poeta olvida "salir a buscar la belleza cautiva". Llegó a la altura de los grandes poetas españoles, Cernuda o San Juan de la Cruz. Desplegó un culturalismo lleno de vitalidad. Encontró al modo de los románticos lo desconocido que se esconde en lo conocido.

Su poesía nos dio un apasionamiento callado, sin estridencias ni disonancias. Nos preguntó si sabemos donde muere la música de Haendel, transfiguró las soledades castellanas como desiertos de la luz, nos dijo que no nos fuéramos en la noche porque habíamos encontrado la paz y los muertos bíblicos. Nos habló de una casa definitiva donde hasta lo más duro dormirá en nuestras pupilas.

Acentuó lo visionario con una serenidad estremecida, fundió lo clásico y lo romántico , convirtió lo local en sagrado. Durante años vivió en Ibiza en medio de los dioses del Mediterráneo, se vino a vivir a Salamanca, donde las piedras rosadas nos estremecen. Respiró la Milán de Leonardo da Vinci, la Recanati de Leopardi. En un lago de los Balcanes le escribió una carta inagotable a Francesca.

Nos llevó al desierto y a Jerusalén, nos arrancó del despiste y de la existencia inauténtica. Nos situó ante nuestros arquetipos, para que lleguemos a ver lo que somos. Nos dio su sabiduría callada. ¿Por qué no brindamos por él en todos los bares de Salamanca?

ANTONIO COSTA GÓMEZ, ESCRITOR

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >¿Por qué no brindamos por Antonio Colinas?