OPINIóN
Actualizado 28/09/2018
Teresa Marcos Domínguez
Es paciente y sosegada,
mas, su savia se calienta
en primavera temprana;
¿cuántas flores le acompañan?
¡Todos los años las mismas!
le visitan y engalanan...,
porque tiene quien le cuide
y quienes su tierra labran.
Y, es pues agradecido,
lleno de fruto se carga...,
y llena las manos vacías
de almendras que nos encantan.
De este fruto que Dios bueno
un día, con amor nos regalara,
como manjar exquisito...
que, a la tierra presentara.
El fruto que da el almendro,
es parecido a su alma...;
así su flor lo refleja
y sus almendras tan blancas.
En sus benéficas flores,
todos los insectos paran;
disfrutan de su belleza...
y, con su polen trabajan.
to">Y marchan alimentados,
del festín que les deparan
de flores, tan caprichosas,
que el almendro les regala.
En recompensa los pájaros,
van a canta de sus trinos...
en honor a la belleza;
que sus flores han traido.
Parece que le den gracias,
les parece un paraíso...
a esos jilgueros que cantan;
se muestran agradecidos.
***
Se despereza el almendro,
de manera muy temprana...
va fabricando sus flores;
tan copiosas, como blancas.
Recibe el aire pacífico,
y fresco de la mañana...
el cual sostiene sus flores;
hasta que sean cuajadas.
Bondadoso es el almendro,
por tanto que nos regala...
¡nos deleita, con sus flores!
y sus almendras tan blancas.
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