LUMBRALES | El etnógrafo José Ramón Cid Cebrián explicó a los escolares las historias de aleluyas y romances colgadas en la exposición instalada en la Casa de los Condes
Los alumnos del colegio Liminares visitaron ayer en la Casa de los Condes de Lumbrales la exposición 'Historias que cuentan las Aleluyas, una literatura para ver, costumbre en otras épocas', una interesante muestra de la literatura popular de siglos pasados recopilada por José Ramón Cid Cebrián. La visita, en la que participaron los alumnos de 1º a 6º curso de primaria, acompañados por sus profesores, fue guiada por Cid Cebrián. Los escolares siguieron con curiosidad las explicaciones de "los pliegos de cordel" que, colgados de una cuerda y sujetos con pinzas, cuelgan en las paredes de la sala, distribuidos por temas (el mundo de los toros, motivos religiosos, propaganda, crítica política, carnaval, historietas con moraleja, etc), una imagen gráfica del significado y representación que en su día ofrecían ciegos, poetas y músicos en las plazas de pueblos y ciudades.
En esta clase práctica, los escolares pudieron conocer los romances y otras expresiones populares de la cultura de los siglos XVIII, XIX y XX. Como recuerdo de esta visita, los niños recibieron una lámina con la reproducción de un pliego con la historieta de la Vida de Juan Palomo, un obsequio que les recordará una curiosa muestra de la cultura popular.
CULTURA POPULAR
El artífice de la recopilación de los "pliegos de cordel" considera "muy importante que los escolares conozcan esta muestra de la cultura, y no sólo esta, sino todo tipo de tradiciones de la cultura de nuestra tierra" manifiesta José Ramón Cid Cebrián.
El etnógrago mirobrigense lleva "toda la vida" recopilando todo lo que es cultura popular, no solamente la literatura de cordel, sino canciones, música, arte pastoril, indumentaria, grabados de época que representan personajes y paisajes de nuestra tierra, etc
Pero la recogida de pliegos de cordel es algo más peculiar, "es singular, pues en la cultura popular la literatura de cordel es la gran desconocida. Todo el mundo piensa que la cultura popular sólo es el folclore, canciones, músicas populares, pero es un mundo mucho más amplio, el abanico de actividades es enorme. A mí me interesa todo, todo lo que tengo posibilidad, acceso y medios lo intento recoger" afirma Cid Cebrián.
Aleluya viene del hebreo Hal-lelu-yah, voz de júbilo usada por la Iglesia, especialmente en tiempos de pascua. "Así se denominaba cada una de las estampitas que se daban al pueblo el Sábado Santo y al paso de las procesiones en otras épocas. Por extensión, aleluya se llamó a cada uno de los grabaditos contenidos en un pliego de papel con la explicación de un asunto histórico, ficticio o religioso", explica el recopilador.
Este peculiar género literario popular pertenece a 'La Literatura de Cordel'. Se trata de amplios pliegos con viñetas cuadradas, sencillas y de gran ingenuidad, con romances, consejos y aleluyas que se colgaban de un cordel en la plaza mientras ciegos, poetas o músicos callejeros narraban o cantaban las historietas. Las más antiguas no tenían texto, pero desde el XIX llevan rimas, pareados, tercetos para facilitar la comprensión a un pueblo con un alto índice de analfabetismo.
La muestra colgada en Lumbrales recoge una colección de "Aleluyas" de los siglos XVIII, XIX y XX, de variada temática. Motivos taurinos, propaganda, crítica política, carnaval, motivos religiosos, sucesos, usos y costumbres, historietas con moraleja, ironía y mucho humor.
La exposicion "Historias que cuentan las Aleluyas" se puede visitar en la Casa de los Condes de Lumbrales hasta el día 30 de septiembre, por las mañana, de las 11 a las 14 horas, y por las tardes, de las 17 a las 19 horas.