Uno de los problemas de la Iglesia actual es que han cambiado los tiempos: ya no venimos con una educación, con una manera de ver la religión como algo intrínseco a nuestras vidas. Ya no lo mamamos desde la infancia. Muy al contrario, entre la juventud existe un rechazo hacia \"lo eclesial\", hacia la Iglesia como institución. O, peor, aún, existe una indiferencia: no les interesa. ¿Y por qué? Porque lo religioso no les es necesario ni se plantean, muchos, que exista. A eso han traído los nuevos tiempos, y, en gran manera, los medios de comunicación. Medios de comunicación que no han sabido enseñar desde la Iglesia, aunque, en los últimos tiempos empiezan a darle importancia. \"Cuando le ves las
orejas al lobo...\" La Iglesia, los creyentes, y, sobretodo los religiosos y jerarquía o se transforman y empiezan a adaptarse a los nuevos tiempos o va a costar mucho levantar esta losa. Sin embargo, como dicen muchos sociólogos igual que otros teóricos \"las épocas de crisis son los mejores momentos para cambiar, son épocas de oportunidades para transformarse y mejorar.\" Los viejos discursos ya no llegan, y menos a los jóvenes. Ellos quieren sentirse protagonistas y escuchados, claro que dos no hablan cuando uno de ellos no quiere. Y la Iglesia sí quiere, aunque sea por necesidad. ¿Cómo conseguir ese necesario diálogo? Con nuevas ideas. Los odres viejos ya no valen para contener el nuevo vino.