Dijo el poeta: "Hay que tener cuidado con aquellas cosas que de puro sabidas se olvidan? " Ya cumplí 70 años y mis condiciones atléticas no dan para jugar partidos de fútbol, por razones obvias. Sin embargo, aún me da para escribir y compartir. Bien es cierto que comparto con Josep Pla aquello de que "Es mucho más dificil describir que opinar. Infinitamente más".
Más o menos, estas reflexiones aparecen en mi libro "El fútbol y la opinática". El escritor, y futbolero, Eduardo Galeano ya aseguraba en sus textos futbolísticos que "El fútbol es la única religión que no tiene ateos". También me acojo a la aseveración de Heinrich Böll cuando dijo: "Me aburren los ateos, siempre están hablando de Dios". Lo mismo que tenemos siempre en la boca las bondades del juego de nuestro equipo, de nuestros futbolistas fenómenos, de los éxitos y fracasos, viéndoles siempre bondades mientras que a los demás jugadores y equipos solo les vemos defectos, cometiendo siempre el pecado de incomprensión a los demás..."
Cuanto me gusta este pasaje del libro citado: "Enrique Carretero Pasín, escribió unos apuntes antropológicos sobre "La religiosidad futbolística", vamos a paladearlo: "¿Qué es un club de fútbol?? Es una institución deportiva de acuerdo a unos criterios organizativos, pero, al mismo tiempo y sobre todo, es para los aficionados una entidad idacional, imaginaria. Es más, en el sentir del aficionado, este componente imaginario va a prevalecer sobre la dimensión propiamente institucional u organizacional". (...) "La adhesión sentimental que el seguidor establece con un determinado club es una adhesión con respecto a una esfera propiamente inmaterial a la que se ama, a la que se rinde culto, a la que se venera".
"Y como toda religión, el fútbol posee, también, sus ritos sacrificales, en este caso concretizados en la destitución de entrenadores, presidentes, mediante los cuales la comunidad regenera la fuerza del vínculo comunitario..."