Las tendencias de mercado indican que la importancia del pastoreo será mayor a medida que el tiempo avanza, y en gran parte esto es una consecuencia de la integración del medio ambiente en la sociedad. La visión del pastoreo como herramienta necesaria para el desarrollo sostenible en las tierras marginales es cada vez más obvia para las agencias de desarrollo (Mortimore, 2009), al menos si no se quiere dejar a un lado a una gran parte de la población mundial que vive en zonas muy sensibles al cambio global.
Plataformas de apoyo al pasto
En el reconocimiento del papel clave del pastoreo han jugado un rol decisivo las diferentes plataformas de apoyo. En países desarrollados, principalmente la UE, las plataformas han estado compuestas de científicos que tomaron conciencia de la importancia del pastoreo para los procesos ambientales. En este caso, los colectivos de pastores han resultado demasiado debilitados y marginalizados, tanto por la orientación del desarrollo económico como por la percepción de la sociedad en general, como para conseguir una defensa efectiva de su medio de vida. La reivindicación de la importancia del pastoreo ha estado, en este caso, más ligada a los servicios ambientales que dejan de ser provistos cuando desaparece, así como a la elevada consideración que reciben los científicos por la sociedad, la cual tiene una cultura científica elevada.
En países en vías de desarrollo, las plataformas de apoyo al pastoreo están mayoritariamente compuestas por pastores (UICN, 2011). En este caso, la comunidad científica es más marginal y no tiene gran capacidad de influir políticamente; sin embargo, los pastores son numerosos y tienen gran capacidad de movilización. Sus reivindicaciones están más ligadas a cuestiones culturales y de derechos sobre la tierra. En los últimos años se observan procesos de constitución de plataformas regionales (con el Oeste de África y Réseau Billital Maroobé, entre otras, así como la India y Mongolia, a la vanguardia) y procesos de federaciones globales como WAMIP, que han desembocado en un incremento de la representación de pastores en foros como el Comité de Seguridad Alimentaria de la FAO.
En Suramérica, la ausencia del pastoreo en las prioridades de acción social provoca un vacío a la hora de articular su defensa, aunque las evidencias científicas sobre su papel ambiental empiezan a ser tenidas en cuenta para promulgar políticas (IMPS 2008).
La combinación de ambas estrategias es un fenómeno reciente. La plataformas CELEP combina representantes de pastores del Este de África con expertos académicos en la región de origen mayoritariamente europeo. Esta situación es sumamente ventajosa, pues combina la fortaleza de argumentos de la comunidad científica y la capacidad de movilización social y de justificación en base a derechos de las organizaciones de base. Esta estrategia que combina el uso de información científica objetiva como argumentario y el empoderamiento de la sociedad civil a través de esa información para constituir grupos de presión es también la que ha posibilitado la influencia de políticas relativas al pastoralismo. Es la estrategia utilizada, entre otras muchas organizaciones, por SOS Sahel, IIED, Tufts University o la IMPS/WISP de la UICN. De esta manera se ha conseguido corregir ciertas actuaciones de las políticas de desarrollo que debilitaban a los pastoralistas, tendentes a intensificar su producción y a alejar de ellos servicios sociales como los servicios bancarios, la sanidad y servicios veterinarios o la educación. Esta última es fundamental para conseguir representantes válidos de las comunidades pastoriles que consigan defender sus derechos en primera persona, con el añadido de legitimidad que eso representa