OPINIóN
Actualizado 25/08/2018
José Luis Cobreros

Los surcos, poblados de espigas, ofrecen al labrador el fruto de su trabajo convertidos en generosa cosecha. Pero, ha de estar atento para recogerla a su debido tiempo. Las tormentas o el fuego podrían destruirla y, todo su trabajo se habría perdido. Así ocurre con muchos de los beneficios que conseguimos. Para todo hay un momento, si lo dejamos pasar, se pierden.

Manuel Lamas (del libro Verbo y Barro)

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