Francine van Hove pinta mujeres desnudas en distintas posturas leyendo libros. A veces es estar pensativa, con la cabeza apoyada en la mesa, pensando en escribir algo, en expresar algo. Y el café está ahí para ayudar a la mujer, y la inunda suavemente, y entra en su despiste, y es su amigo, y es su confidente. A veces es tenderse en las sábanas, dejar la cabeza en el lecho para que reciba todo, dejar los pechos libres al aire, los brazos extendidos, la desnudez satisfecha, y permitir que alguien sirva un café, que el café ayude a esa desnudez, que la acompañe, que la bese suavemente.
A veces es concentrarse en una lectura, dejarse viajar entre las palabras, con un pañuelo rojo sobre la lámpara, absorta y sin estorbos, y que el café esté ahí, que sepa que está ahí, en consonancia con las ideas, con las palabras, con las vivencias, impregnándolas de lo denso.
A veces es estar desnuda en el suelo dibujándose desnuda con una taza en la mano mientras el café real duplica las sugerencias del café dibujado. A veces es peinarse torrencialmente, sentir toda la fragancia del pelo, todas las raíces que salen de la nuca, con el cuerpo en mitad de la luz, y el café en mitad de la luz igualmente desnudo.
A veces es dormir bajo la lámpara y permitir que todo respire con el café también dormido. O sentir la melancolía sobre los pechos, adivinar sin saber qué, abrir paso a lo impensado, mientras el café espera en la mano. O disfrutar levemente, con una delicia abrisada, todas las sutilezas de una página, mientras la taza baila en el aire sobre las manos. A veces es soñar sobre un libro, dejar que los pechos sueñen junto al libro, mientras la taza vuela. A veces es mirar con el cuerpo desnudo hacia la ventana, el rostro besado por la luz, mientras la taza espera encantada también por la luz.
ANTONIO COSTA GÓMEZ IMÁGENES: Francine van Hove, París, 1942
Francine von Hove nació en París en 1942. Una vez dijo: "Mi tema principal es la intimidad y la paz de las mujeres que saben cuando están a solas".