El pasacalles pirotécnico de la compañía Kul d' Sac atraviesa la villa con un espectáculo de luz, música y emoción
El espectacular pasacalles Raganarok ha puesto el punto final de los festejos de Guijuelo tras dos semanas de propuestas festivas, culturales y deportivas. Los vecinos de la villa acudieron a la calle Filiberto Villalaboso, a la altura del histórico edificio del reloj, para comenzar la caminata al son de la música rock y los constantes silbidos de los buscapies, cohetes y petardos de los integrantes de la compañía Kul d'Sac, quienes animaron a los guijuelenses a bañarse entre chispas y fogonazos.
El pasacalles se detuvo a la altura del cruce con la carretera de Valdelacasa para un montaje de chispas de gran tamaño, y continuó camino hasta el recinto de espectáculos, en la bajada de las piscinas, donde la compañía ofreció el grueso del espectáculo, con fuegos artificiales, más cohetes, chispas y la espectacular actuación de malabares y escupefuegos. Una traca final para unos festejos de Guijuelo que se despiden por todo lo alto con gran éxito de convocatoria atrayendo a miles de personas en los días de la programación festiva.