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OPINIóN
Actualizado 16/08/2018
Fermín González

"Los pueblos, lo mismo que los niños, necesitan de tiempo en tiempo algo así como correr mucho, reirse mucho, y dar gritos y saltos" (Jose Martí)

AL HILO DE LAS TABLAS

A PLENO SOL

Hoy quiero recordar a los pequeños pueblos de esta provincia, y aquellos otros que pueblan la geografía de la piel de toro; a esos pueblecitos encantadores y recoletos, a esas ferias genuinas, mayoritariamente en los meses de Agosto y Septiembre, cuyo sabor y tipismo hace honor a esas fiestas patronales, donde se disfruta de unos merecidos días de alegría y alborozo, intermedio de tanta labor campesina.

Pueblos en fin, cuya feria no se concibe sin el festejo taurino, donde la expectación de chicos y mayores, son el punto culminante en el cual se dan cita amigos, familiares y forasteros venidos a participar, encontrándose de nuevo año tras año, evocando sus recuerdos y mocedades. Aquí: en estos pueblos, en estas inolvidables fiestas, los toreros actuantes no suelen ser de mucho cartel, el festejo taurino casi siempre consiste en novilladas sin picadores, en todas sus expresiones, encierros, desencierro, capeas, festivales, novilladas, rejoneo, vaquillas por las calles y alguna buena corrida de cartel - los municipios más ricos-, plazas de pequeño aforo, algunas improvisadas, plaza Mayor o Ayuntamiento,- aunque muchos, ya tienen su plaza de toros construida-.

Novilleros llenos de ilusión; cuyos matadores sueñan ya con las quiméricas singladuras de la gloria y del dinero; pero todavía se hallan ante la terrible realidad de esos primeros pasos de la incertidumbre ante la dificil y zozobrante profesión. El pueblo en fiestas, es el duro aprendizaje para estos jóvenes. En sus faenas habrá de todo; bueno y malo, pases escalofriantes, desarmes espectaculares, revolcones, desplantes temerarios, ovaciones y sustos... Los espectadores rebosantes de júbilo, piden valor y ganas de lucha, los de abajo salen a darlo todo. Y lo hacen, sabiendo que uno de los grandes problemas en todas las profesiones, y la taurina lo es; es, la de estar preparado, con el fin de aprovechar toda aquella oportunidad que se presente, y, es en estos pueblos donde uno va cobrando experiencia, donde se van curtiendo los novilleros, y al mismo tiempo se va aceptando una responsabilidad libremente contraída, al igual que se van juzgando de manera más o menos justa los progresos alcanzados. Todos sabemos, que cada vez es más difícil que un nuevo nombre se asome a los ruedos sin la ayuda de un "Padrino". El tema es doloroso, cuando se trata de una profesión que exige una base de juventud, de ilusión y de esperanza. Y para empezar, nada mejor que este sentimiento armonizado del pueblo en fiestas.

No obstante, y como habrán podido comprobar, nuestra provincia en estos meses -"a pleno sol"- no ha faltado pueblo en fiestas, y donde todos aquellos que nacieron y se criaron por estos pagos, vuelven a disfrutar. Lo popular, se extiende de pueblo en pueblo, bailes, músicas, jaranas, competiciones, deportivas, comida y bebida abundante, son el ajetreo de los alcaldes provinciales que con sus esfuerzos, siguen manteniendo ahora lo que sus antepasados en constante tradición fueron capaces de mantener con la ilusión por bandera. Es, esa relación atávica del hombre, con su tierra, su patrono, su fiesta, su tradición y su sangre? Yo espero? que si ustedes participarán- o quizá lo hayan hecho- del jolgorio, la alegría, la disposición, la hospitalidad y el corazón que le ponen estas nobles gentes a sus fiestas, a buen seguro que nadie impedirá la enorme felicidad que le supone este hecho.. Es necesario, ver que ahora en muchos rincones de esta (España dolorida, amargada y vapuleada), con que frenesí, lo disfrutan muchísimos extranjeros que se entremezclan con los nativos? y se entregan a disfrutar y saborear nuestro humilde festín? con menos prejuicios que nosotros mismos.

Fermín González salamancartvaldia.es blog taurinerías

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