Confederación se excusa en que hay que 'vaciar' Irueña, pero Riberas del Águeda insiste en que "hay muchas formas de hacerlo"
La ola de calor que se está padeciendo durante los últimos días ha hecho que el río Águeda a su paso por Ciudad Rodrigo haya llegado a su punto álgido de usuarios de este verano, 'olvidando' por unos días que el agua está mucho más fría que otros años producto del mayor caudal que trae el río.
En los últimos días, la Plataforma Riberas del Águeda se ha vuelto a poner en contacto con la Confederación Hidrográfica del Duero para pedirle que rebaje el caudal y que así se pueda disfrutar del río durante la época estival, pero desde la Confederación se ha vuelto a desestimar la petición, haciendo oídos sordos al cada vez más creciente clamor de mirobrigenses y forasteros.
Según explica a Ciudad Rodrigo Al Día el presidente de la Plataforma Riberas del Águeda, José Manuel Jerez, el ingeniero jefe de la Confederación, Isidro Lázaro, le ha dicho que no es posible rebajar el caudal porque hay que 'vaciar' Irueña (que estaba bastante lleno producto de las constantes lluvias de la primavera) antes de que llegue el otoño, y con él, una posible época de lluvias que puede provocar que se llene el pantano con las consiguientes riadas.
Sin embargo, esta actual postura de la Confederación tiene 'trampa' respecto a la de años anteriores, partiendo de la base de que a finales del año hidrológico, es decir, el 30 de septiembre, el sistema del Águeda (la suma de Irueña y el pantano) debe tener siguiendo lo ocurrido en años anteriores un mínimo de 46 hectómetros cúbicos almacenados.
En este primer lunes de agosto, Irueña cuenta con 68,94 hectómetros cúbicos, tras producirse una rebaja constante desde el mes de junio (por ejemplo, hace justo 1 mes, el 5 de julio, la presa tenía 85 hectómetros cúbicos). Mientras, en lo que respecta al pantano del Águeda, acumula 4,08 hectómetros, manteniéndose constante en el último mes. En total, el sistema del Águeda acumula en estos momentos unos 73 hectómetros cúbicos de agua.
El año pasado por estas fechas, Irueña y el pantano tenían menos agua al haber llovido menos en los meses previos, pero hace dos años, entre los dos acumulaban casi 70 hectómetros cúbicos a principios de septiembre, con lo cual ahora mismo sólo 'sobrarían' 3 hectómetros para desalojar en todo un mes, justo el ritmo que vienen desalojando por semana.
Pese a este precedente que 'permitiría' rebajar ya mismo el caudal, Confederación se niega a hacerlo como decíamos más arriba.
En todo caso, y aceptando que hay que reducir el nivel acumulado en Irueña para evitar problemas posteriores, desde Riberas del Águeda consideran que "hay muchas formas de bajarlo", como por ejemplo, establecer diferentes ritmos de caudal, por ejemplo, que en agosto baje menos y posteriormente en septiembre más, o que ahora mismo el río traiga menos caudal por el día y más por las noches. En palabras de José Manuel Jerez "hay que pensar en la ciudadanía; muchas personas vienen a disfrutar del río y no pueden".
El mantener un caudal alto por las noches haría previsiblemente que el agua siguiese estando fría, pero al menos se podría transitar con normalidad durante el período diurno por la presa de La Pesquera y sobre todo por los pontones en el tramo que permiten el acceso a la zona del Camping. Respecto a estos pontones, la Plataforma Riberas del Águeda cree que, una vez que la Confederación se niega a rebajar el caudal, el Ayuntamiento podría intervenir para recrecerlos y que se pudiera pasar por los mismos.
La bajada del río con mayor caudal es similar a la de 2014 (año en que no hubo problemas con los pontones ya que había pasarela), en aquel caso por la entrada en funcionamiento de la presa de Irueña. Aquel año, hubo que llenar la presa por completo durante la primavera para hacer los oportunos tests, teniendo que ser desalojada posteriormente durante el verano, lo que hizo que el río bajase con un caudal de 7/8 metros cúbicos por segundo.
Tras las protestas surgidas en aquel momento, la Confederación se comprometió a que en 2015 el río bajase con un caudal de 5 metros cúbicos por segundo, lo que 'se cumplió' (en todo caso aquel año había menos agua para desalojar). En 2016, sí hubo problemas con el caudal durante el mes de julio, pero una vez llegó agosto la Confederación aceptó rebajarlo, lo que no ha ocurrido en este 2018, en el cual el río está bajando con un caudal de unos 6,5 metros cúbicos por segundo.